La Justicia de La Plata resolvió ayer que el odontólogo Ricardo Barreda, condenado a prisión perpetua por el cuádruple homicidio de su familia, regrese a prisión al revocarle el beneficio de arresto domiciliario por considerar “injustificada” una salida de su casa del barrio porteño de Belgrano.
La decisión fue tomada por el camarista penal platense Raúl Dalto, quien luego de analizar las pruebas y escuchar a testigos, consideró que Barreda no se sintió “tan mal” cuando abandonó su vivienda para dirigirse a una farmacia.
Tras arribar a ese fallo, Dalto envió una orden de detención al Juzgado de Rogatorias de turno en Capital Federal, desde donde personal policial se dirigió a la casa donde cumplía arresto el dentista.
Cerca de las 14:15, Barreda salió de la vivienda escoltado por policías federales, que lo subieron a un móvil de la fuerza y lo trasladaron hasta la ciudad de La Plata.
Alrededor de las 18, el Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB) alojó al odontólogo nuevamente en el penal de Gorina, de régimen semi abierto, donde había estado preso hasta que se le concedió el arresto domiciliario, en mayo de 2008.
En el fallo, el juez consideró que la salida a la farmacia “no estaba permitida y, en consecuencia, Barreda ha quebrantado el arresto domiciliario” y remarcó que, a instancias de su defensor, luego contó que fue a la farmacia a tomarse la presión, algo que no había hecho en forma espontánea.
El camarista dijo que está “plenamente acreditado” que Barreda transgredió el beneficio por las imágenes captadas por un canal de televisión -en las que se lo vio caminando junto a su pareja Berta André- y por la declaración que prestó el propio condenado cuando lo interrogó.
Respecto de las empleadas de la farmacia que declararon que no vieron a Barreda en el comercio, el juez dijo que sus explicaciones no lo convencieron, pero que no les iniciará actuaciones por falso testimonio.