El juicio por abuso sexual continuará el próximo lunes con los testimonios de nuevos testigos

Se complica la situación del catequista

En el debate declararon tres oficiales y el abuelo de la víctima, y aseguraron ver al imputado abusando de la menor en la iglesia.
miércoles, 23 de febrero de 2011 00:00
miércoles, 23 de febrero de 2011 00:00

En el juicio que se desarrolla en el Juzgado Correccional Nº 2 contra el imputado Juan Molina (63), acusado de abusar sexualmente de una niña de 9 años, testificaron los policías que efectuaron la detención del acusado el día de los hechos y el abuelo de la pequeña. Todos afirmaron observar por la mirilla de la puerta de una habitación de la iglesia cuando Molina tocaba impúdicamente a la pequeña.
La agente Gómez, el oficial Vega, el sargento Moya, pertenecientes a la Comisaría Sexta, declararon ayer en el juicio contra el acusado de abuso sexual simple. Durante su testimonio, los tres efectivos relataron que mientras se encontraban en la comisaría desarrollando sus tareas el día de los hechos, fueron alertados por un grupo de menores de que la víctima había ingresado al interior de la parroquia San Pío X junto a Molina y no salía.
Ante tal situación, los policías acudieron al lugar y previo a ingresar en la habitación donde el imputado se encontraba con la menor, miraron hacia el interior de la misma por la mirilla de la puerta. Allí mismo constataron que Molina estaba abusando de la nena y de manera inmediata procedieron a su detención.

Declaración del abuelo

Por otra parte, la condición del imputado se vio perjudicada luego de que el Tribunal escuchara la declaración del abuelo de la víctima. En el debate el abuelo también refirió observar a través de la abertura de la puerta cuando el imputado realizaba los tocamientos impúdicos a su nieta. De la misma forma indicó que la menor, que actualmente tiene 11 años, inmediatamente después de aquel episodio, le reveló que el catequista la habría tocado en sus partes íntimas.
En la causa también está civilmente demandado el Obispado de Catamarca, considerando que el delito se llevó a cabo dentro de una institución católica. Su defensora, Natalia Páez de Andrada, considera que no existe vinculación acreditada mediante documentación que relacione a Molina con la Iglesia, y que el imputado sólo prestaba servicios dentro del templo de forma voluntaria.
El hecho ocurrió el 26 de abril de 2007 en el interior de una habitación en la parroquia San Pío X, del barrio Mil Viviendas. Aparentemente, Molina mediante engaños habría llevado a la pequeña, que se encontraba jugando afuera de la parroquia junto a unas amiguitas, hasta la habitación donde la habría manoseado.
El debate continuará el lunes próximo en horas de la mañana, cuando el Tribunal Correccional Nº 2 espera escuhar la declaración de otros testigos citados en la causa.
 

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