Un hombre de 41 años, identificado como Armando Oscar Maturano, tuvo que ser trasladado de urgencia al Hospital San Juan Bautista, tras terminar con heridas graves luego de una reyerta que se produjo a la salida de un bar en la que varios individuos se trenzaron a golpes, el día sábado en la localidad de Saujil, departamento Pomán.
La víctima recibió severos golpes, entre ellos heridas en el tórax, patadas en la cara y un puntazo a la altura de la ingle. Si bien, en primer instancia había trascendido que la zona genital estaba comprometida, más tarde fuentes consultadas aseguraron que no hubo un daño irreversible. La herida estaría generando una complicación en el funcionamiento urinario y tendría líquidos en la zona abdominal, que aún se trata de determinar si sería producto de la orina u otro líquido producto de la perforación recibida.
Maturano también está siendo sometido a una revisión por parte de oftalmólogos por haber recibido un puntapié en el ojo derecho y el personal médico delibera sobre los procedimientos a seguir para lograr revertir la complicada situación del joven, que podría llegar a perder la visión de ese lado.
La fiscalía de Andalgalá, a cargo de la Dra. Martha Graciela Nieva, quien instruye en esa juridicción, se encuentra actuando de oficio mientras se aguarda que la víctima se estabilice y pueda comenzar su recuperación para relatar lo sucedido y realizar la correspondiente denuncia.
Hasta el momento, se están recabando testimonios de quienes fueron espectadores de la violenta trifulca, ya que los investigadores intentan determinar cuántas fueron las personas que hirieron gravemente a Armando Maturano, dado que se baraja la posibilidad de que los agresores hayan sido alrededor de 15 personas.

15 personas

En diálogo con El Esquiú.com, la esposa de la víctima, Laura Garay, manifestó que su marido había pasado la noche en el bar “La Tucumana” junto a dos amigos, de los cuales se separó al emprender el regreso a su casa, momento en el que habría sentido un golpe desde atrás, ante lo cual siguió caminando sin darse vuelta pero dos sujetos le cortaron el paso y comenzaron a golpearlo, e inmediatamente el resto de los agresores se abalanzaron encima de él, uno de ellos portando un arma blanca. “Lo agarraron entre unas 15 personas, le pegaron por todos lados, lo apuñalaron y lo desfiguraron; espero que se haga justicia porque esto no puede ser, esas personas son conocidas y ya tuvieron situaciones parecidas, mi marido tiene los brazos cosidos y la retina caída”, expresó Garay.

No es la primera vez

Los hechos de violencia que se generan en este tipo de escenarios no representan una novedad precisamente.
En diciembre del año pasado, Fernando Horacio Oleas, de 22 años, sufrió múltiples contusiones en el cuerpo y el dislocamiento de un hombro como consecuencia de la terrible golpiza que le propinaron entre siete personas -dos menores y cinco mayores de edad- en el interior de un local bailable de Andalgalá. La lucha se trasladó posteriormente a la calle, donde lo persiguieron con una camioneta y lo castigaron hasta que sus amigos llegaron al lugar y consiguieron rescatarlo.