Víctimas de “Jota” tienen miedo y piden asistencia psicológica

martes, 4 de diciembre de 2012 00:00
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La familia de la mujer que murió tras haber sufrido una descompensación luego de demandar el arresto de Jacobo “Jota” Jiménez el 17 de julio pasado, reclama por la ausencia total del Estado en materia de contención psicológica, lo que les habían prometido una vez que trascendió el fatal desenlace.
Liliana Galván, de 44 años, falleció a raíz de un ataque de nervios que sufrió cuando un grupo de vecinos se congregó para solicitar que el menor de edad (en aquel momento) fuera detenido para que cesaran los delitos en el barrio que habitan. El cuñado de la mujer manifestó que desde que murió Galván no han recibido ninguna respuesta de ningún ente gubernamental.
El hombre, en diálogo con radio Valle Viejo, expresó la angustia y desazón que hoy por hoy padece su familia, que “es discriminada” a pesar de la trágica circunstancia que les tocó atravesar.
“Sentimos gran inseguridad, porque fuimos víctimas directas de Jota”, aseguró el hermano del viudo, agregando que cuando la mujer falleció recurrieron al Estado para recibir ayuda psicológica. “Hablamos con (el subsecretario de Seguridad, Juan Pablo) Morales, que nos pasó con (el ministro de Gobierno Francisco) Gordillo, quien nos derivó a (el ministro de Desarrollo Social Oscar) Pfeiffer”, pero desde entonces no han obtenido ninguna respuesta.
“Nos prometieron contención psicológica y ayuda con el sepelio de mi mujer, pero nunca respondieron”, manifestó el esposo, quien asegura que deben $1600 por los servicios fúnebres de su mujer, cifra que no han podido afrontar.
A su vez, el angustiado vecino puso de manifiesto sus dudas: “¿El Estado para quien está, a quién protege?”, se preguntó, expresando además que “este delincuente pareciera ser que tiene todas las atenciones y nosotros que somos las víctimas, somos ignorados”.
El hombre expresaba de esa manera la indignación de la familia, que había recibido la promesa de la gobernadora de que sus sobrinos tendrían tratamiento psicológico, pero los niños siguen igual y “viven con temor, porque este tipo cada dos por tres anda suelto”. El tío explicó que “son criaturas chicas y él está en la calle, y los chicos se dan cuenta porque tiene amenazado a todo el barrio”.
“Queremos entender porqué el Estado le da todo a Jota y a nosotros nada”, concluyó.
El hombre, por último, le pidió al ministro Pfeiffer que recapacite, “porque él está convencido que se puede recuperar esa lacra”, pero ya es imposible.
“El Estado nos falló y nuestra familia quedó destruida, aseguró.

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