Durante la mañana de ayer, el juez de Garantías en turno resolvió que el joven apodado “Jota” sea trasladado y encerrado en el Servicio Penitenciario de Miraflores.
De este modo, Jacobo Jiménez, quien apenas tiene cumplida su mayoría de edad desde el mes de octubre, deberá aguardar el progreso de la investigación en su contra tras las rejas, luego de haber sido imputado por la comisión de dos intentos de robo en domicilios de esta capital.
La vinculación del menor, quien fue detenido por la policía en base a datos aportados por los damnificados y luego fue señalado en una rueda de reconocimiento, abrió la polémica sobre la efectividad del sistema actual para lidiar con los menores en conflicto con la ley.
“Jota”, antes de ser acusado por estos dos hechos que ahora lo mantienen encerrado, fue el protagonista de numerosos conflictos, uno de los cuales derivó en el fallecimiento de una mujer, cuya familia ahora reclama una compensación del Estado.
En este sentido, el juez de Menores Rodrigo Morabito indicó que “con el joven Jiménez se hizo todo lo posible desde la Justicia de adolescentes, se aplicó toda la normativa, estuvo privado de su libertad por un tiempo considerable a partir de los hechos ocurridos”. El magistrado señaló que Jacobo tuvo un tratamiento intensivo para sus adicciones e incluso salió con una beca de trabajo en Obras Públicas para darle una chance de inserción. “Lamentablemente cuando recuperó la libertad se vio involucrado en los días subsiguientes en estos delitos, por los cuales ahora se le confirmó la detención”, dijo Morabito.
En cuanto a la reincidencia presentada por el joven como por otros muchachos menos mediáticos, Morabito indicó que no siempre se da así y que existen muchos casos en los que el delincuente no reincide. “Exigir a los funcionarios judiciales que hagan una especie de futurología es difícil cuando una persona que está privada de la libertad cumplió con todos los parámetros para recuperar la libertad. Creo también que deben replantearse el Servicio Penitenciario y los contextos de encierro de los jóvenes en los institutos, para poder cumplir con el parámetro de la reeducación. Todavía siguen siendo sistemas muy precarios, muy obsoletos, con gente en las cárceles hacinada, sin cumplir con los parámetros que exigen la reinserción y la reeducación, o sea amontonados y sin tener actividades ni tareas, sin poder fomentar su espíritu de creación y de poder comprender y respetar la ley”.