Dos asaltantes ingresaron ayer a la mañana a una playa de estacionamiento y luego de golpear a su propietario y robarle la recaudación, asaltaron a uno de los clientes del estacionamiento.
Afortunadamente no lograron llevarse nada de valor, puesto que a los minutos de ocurrido el asalto ingresó a la playa un hombre que regresaba de hacer una extracción del banco, pero todo había terminado.
El hecho delictivo tuvo lugar a las 9 de la mañana de ayer en una playa de estacionamiento ubicada en Prado al 600, justo al frente del reconocido comercio Bernardi.
En la oportunidad, se hallaba en dicho lugar el dueño del comercio, Horacio Julio Méndez, quien pudo observar el ingreso de un sujeto en actitud sospechosa y sin vehículo alguno, lo que le llamó la atención.
Al acercarse a preguntarle qué estaba buscando, el individuo respondió tomándolo por la fuerza y sujetándolo violentamente contra uno de los postes que separan los coches estacionados en la playa, mientras lo amenazaba y le tiraba del pelo.
El hijo del comerciante relató a El Esquiú.com cómo se dieron los hechos que tuvieron como víctima a su padre, el propietario del estacionamiento, indicando que el hombre, que en un primer momento apareció solo, tenía un cómplice que lo estaba esperando afuera quien luego de que el primero comenzara a interactuar con su víctima, ingresó al lugar.
Ambos vestían uniformes similares a los utilizados por empleados municipales, es decir de grafa azul con franjas refractarias.
Según el joven, los malvivientes, especialmente el primero en haber entrado, le pedían que entregue la plata, a lo que el hombre respondió dándoles la recaudación que hasta el momento había en la caja, suma que no sobrepasaba los $100.
Pero el mal trago del comerciante no concluyó allí, sino que los desconocidos atacaron a otra persona, un cliente del estacionamiento, que en ese momento ingresaba al lugar.
El cliente, que llegaba a bordo de un Renault Twingo, fue abordado también por los delincuentes, quienes le quitaron lo que llevaba encima: un bolso y una mochila, además de un recibo del banco que traía en su mano, pero que adentro sólo contenía un chocolate, ya que aún no había ido al banco a realizar una extracción que tenía pensada hacer como parte de los trámites de esa mañana, según relató después al dueño de la playa.
El hombre, que presta servicios para la editorial Capayán, habría sido el blanco de los malhechores, según conjeturaron los comerciantes.
Minutos después de llamar a la policía, a la altura de la plaza de Choya los sospechosos de cometer el delito fueron arrestados y se encuentran a disposición del fiscal de Instrucción en turno.