La comunidad católica catamarqueña se desayunó ayer con una noticia que causó estupor y dolor.
En horas de la madrugada, desconocidos ingresaron a la Capilla del Buen Pastor, ubicada en calle Maipú -entre San Martín y Chacabuco-, y tras encontrar dormido al cuidador del templo, se apoderaron de las Hostias Consagradas.
Según fuentes policiales, un sujeto llegó al lugar a las 0.15 a entregarle una botella con gaseosa y otra con agua saborizada al sereno de apellido Argañaraz, y le dijo que se las enviaba el Padre Tapia.
Una hora después, el hombre comenzó a dormirse, perdió el conocimiento, y al despertarse alrededor de las 5.40, se dio con la novedad de que se habían robado la Custodia y el Sagrario destinados a la adoración permanente del Santísimo Cuerpo Eucarístico de Nuestro Señor Jesucristo.

Llamado a oración

Mientras la policía continúa investigando el hecho, el Obispo Luis Urbanc llamó a la Diócesis de Catamarca a ponerse en estado de oración por el sacrilegio sufrido.
El Obispo aseguró que mantiene la esperanza de que “las Hostias Consagradas sean devueltas sobre el altar de algún templo o en manos de una persona responsable”.
Además, a través de un comunicado de prensa, Urbanc aclaró que por sacrilegio se entiende la profanación o trato injurioso de un objeto sagrado.