A casi nueve meses de que María Eugenia Rojas fuese encontrada apuñalada y quemada en su departamento de avenida Virgen del Valle y a pesar de que Damián “Bebe” Cano hubiese confesado tiempo después ser el autor del asesinato, Mauro Orce sigue siendo el único imputado en la causa que investiga su homicidio, lo que, según relata en este diálogo con El Esquiú.com, ha tenido graves consecuencias en todos los aspectos de su vida: desde la imposibilidad de conseguir trabajo por estar vinculado a un homicidio hasta la condena social y las sospechas en torno a los manejos de la investigación que lo sigue teniendo como sospechoso, aún cuando todas las pericias indican lo contrario, son algunos de los temas que toca en esta charla.

¿Qué consecuencias tiene para vos estar aun imputado en la causa?
Se me dificultó todo. Tuve un solo trabajo en seis meses y cuando iban a ponerme en blanco saltó esto. Sólo tuvieron que buscarme en Google para que perdiera la posibilidad de trabajar. Esto a mí me arruinó. Mi vida cambió y para mal.

¿Qué pensás cuando escuchas al abogado de la familia de María Eugenia decir que fuiste cómplice de su homicidio?
No entiendo por qué dice eso, sobre todo siendo abogado. Porque sabe bien que no hay ningún tipo de lazo que me una con ese tipo (por “Bebe” Cano”). Siguen apuntándome, pero no sé por qué, pues no hay una sola prueba que me comprometa. Yo pienso que ellos siguieron una línea, que era yo, pero, como no se dio, no quieren aceptar que se equivocaron. No sé por qué a mí.

¿Qué pensás de la investigación?
Muy mala. Me metieron en cana sin una prueba de ADN, nada. Si Cano no hubiese declarado, yo pasaba los próximos 25 años ahí.

¿Y cuando supiste que él se echaba atrás en una carta a los medios?
Y... se echó atrás porque cuando habló no sabía lo que era estar en el Penal. Ahora lo sabe y se arrepiente de haber confesado. Tuvo tiempo para pensar y ahora está tratando de pasar ahí la menor cantidad de tiempo posible.

¿Qué opinás de las demoras en la obtención de las pruebas?
Es todo un desastre. Todavía falta que desbloqueen el celular, porque para ellos ahí está lo que me incrimina, pero lo único que va a hacer es darme por inocente del todo.

¿Qué opinión tenés de los fiscales que manejan la causa?
Son muy inútiles y no tienen dos dedos de frente. No quieren reconocer que se equivocaron. El abogado de la querella espera la prueba del teléfono, pero yo estoy tranquilo porque no hice nada.

Si pudieras volver el tiempo atrás, ¿te presentás espontáneamente a declarar?
Me volvería a presentar pero con un abogado y en la Fiscalía. No iría a la Comisaría yo solo como lo hice, pero no se puede volver el tiempo atrás y el daño está hecho.

Decís que tu vida cambió. ¿Cómo?
Y... Es un desastre. No puedo conseguir trabajo. Salgo a la calle y siento que me están mirando, quizás nadie lo hace, pero es lo que pasa, la condena social no te la quita nadie. Uno, al vivir acá, se tiene que enfrentar a eso. Por eso me fui a Córdoba a tratar de cambiar mi vida; pero tampoco fue posible.

¿Qué pensás hacer cuando te desvinculen de la causa?
Vamos a ver los errores que hubo y vamos a hacer algo al respecto, porque esto no va a quedar así. El fiscal, el juez, el abogado de la querella…todos.

¿Creés que hay un ensañamiento con vos?
Yo creo que hay algo raro entre la madre, el abogado y su exnovio.

¿Ella hablaba de su novio?
Sí. Ella estaba con él por estar, pero no lo quería. Además, según lo que me contaba, le pegó varias veces y la maltrataba. Hasta lo llegó a denunciar. Pero la madre, aunque sabía esto, lo apañaba a él en vez de defenderla a ella, que es lo más raro de todo. Yo pienso que algo atrás hay. El tipo (por el exnovio de Eugenia, Matías Barros) está vinculado a gente del poder, la noche y las drogas, así que creo que hay algún interés.

¿Por qué la madre de Eugenia no lo ve como sospechoso a Barros?
Sí lo vio, y lo sigue viendo... Pero lo sigue defendiendo: no lo va a apuntar como sospechoso, porque, te reitero, ahí hay algo raro. Yo no me explico qué.