Una embarazada de 17 años fue víctima de un exhibicionista que la interceptó cuando iba camino a su hogar a plena luz del día. El depravado le mostró su miembro y se masturbó frente a ella mientras la invitaba a mantener relaciones sexuales con él a través de obscenidades irreproducibles. La adolescente pudo huir y dar aviso a la policía, pero una vez que el sujeto fue encontrado, lo dejaron ir indicando que era discapacitado, lo que, de hecho, no se pudo comprobar.
El drama de la menor de edad tuvo inicio este lunes a las 12.30, cuando iba caminando por el pasaje Las Tuscas, a la altura 2000 de avenida Ocampo, en el barrio Los Ingenieros, en el sector oeste de la ciudad, momento en que la adolescente, que cursa su octavo mes de embarazo, se dirigía a su domicilio.
Según dio a conocer posteriormente a sus progenitores, una cuadra antes de llegar a su casa se encontró con un sujeto de aproximadamente 1,80 de estatura, que al verla comenzó a exhibirle su miembro y masturbarse frente a ella, mientras le decía obscenidades, invitándola a tener relaciones sexuales con él.
La muchacha, al ver que el sujeto cada vez se acercaba más hacia donde ella se encontraba, huyó y tocó el timbre en la casa de un vecino, accionar que puso al depravado en fuga, lo que concretó subiendo a una motocicleta negra de tamaño mediano.
En medio de una lógica crisis de nervios, la joven llegó a su casa y sus padres contactaron a la policía, solicitando que se buscara al sujeto.

Inacción

El padre de la víctima, al no recibir la visita del personal de la comisaría Quinta que le habían prometido, se acercó a la dependencia policial para pedir explicaciones, pero grande fue su sorpresa cuando la suboficial Paula Ortiz le informó que el exhibicionista había sido encontrado, pero al darse con que se trataba de un discapacitado, los uniformados no lo habían aprehendido y lo dejaron ir, sólo pidiéndole que se aleje de la zona.
Al consultar el preocupado padre sobre la forma en que los agentes verificaron si se trataba de una persona con estas características, no tuvo respuestas; y menos aún cuando unos quince minutos después llegó a su domicilio otro oficial de la misma dependencia, indicándole que iban a seguir en la búsqueda del depravado, porque en realidad la suboficial Ortiz “se había equivocado”.
A todo esto, sin que se encontraran rastros del sospechoso y sumamente preocupado por este hecho y otros más de inseguridad que se viven en la zona, el vecino decidió elevar una carta presentándole formalmente una queja a la fiscal General Milagros Vega, donde expone la situación que se vio obligada a enfrentar su hija, especialmente en su avanzado estado de gravidez.
El habitante de la zona, en representación de todos los vecinos, pide más seguridad y que se eviten este tipo de atropellos.