La mayoría de las familias que se encontraban usurpando las viviendas del barrio ubicado sobre avenida Choya decidieron en horas de la madrugada de ayer abandonar las casas que ocupaban desde el pasado 2 de enero. Mientras que quince familias se quedaron y se mantienen firmes en su decisión de permanecer en las casas hasta que se les brinde una solución habitacional.
Según comentaron los vecinos, las familias tomaron la determinación de no continuar con la usurpación “por haber llegado a un arreglo, que consiste en el pago del alquiler de un espacio hasta que solucionen de manera definitiva el problema”. Alrededor de las dos de la mañana las familias iniciaron el retiro; en el lugar se hizo presente personal policial y de la Guardia de Infantería y el proceso se realizó por decisión de los ocupantes y de manera pacífica.
Las familias que no realizaron el desalojo manifestaron que seguirán en el lugar “porque no tenemos realmente a dónde ir, estamos esperando que alguna autoridad venga de buena manera a hablar con nosotros, estamos inscriptos desde el año 2000 en la vivienda y no nos dan una casa. No queremos que nadie nos regale nada, somos gente de trabajo dispuestos a pagar por un techo digno”.
Desde el momento del abandono voluntario de las viviendas, personal policial se apostó en el lugar para evitar el ingreso a las viviendas ya vacías; las familias que continúan allí, en diálogo con este diario comentaron que “anoche nos desconectaron la luz, y despues será el agua, pero de acá no nos vamos”.

Cercado perimetral

En horas del mediodía empleados de la empresa que realizaba los trabajos de construcción en el barrio procedieron a colocar el cerco perimetral de los terrenos donde se ubican las viviendas, de manera de delimitar el espacio.