Condenan a Bignone y a Riveros a prisión perpetua por crímenes de lesa humanidad

Fueron condenados por crímenes cometidos durante la dictadura contra 23 víctimas.
martes, 12 de marzo de 2013 00:00
martes, 12 de marzo de 2013 00:00

El Tribunal Oral Federal N 1 de San Martín sentenció hoy a prisión perpetua al ex dictador Reynaldo Bignone y al ex comandante de Institutos Militares, Santiago Omar Riveros, por crímenes de lesa humanidad cometidos en Campo de Mayo durante la dictadura cívico militar, contra 23 víctimas, entre ellas siete mujeres embarazadas que dieron a luz en maternidades clandestinas.

El tribunal, integrado por los magistrados Héctor Sagretti, Daniel Cisneros y Daniel Petrone, condenó además al matrimonio integrado por Carlos del Señor Garzón y María Francisca Morillo -acusados por la apropiación de María Catalina Sánchez Ovando, quien recuperó su identidad en 2008-, a 15 y 12 años de prisión, respectivamente.

Además, se les dictó prisión perpetua a Luis Sadí Pepa, Eduardo Corrado y Carlos Macedra.

En cambio, a José Somoza se le dictaron 25 años de prisión; a Julio San Román y Miguel Castagno Monge, 20 años y a Eugenio Guarañabens Perelló, 16 años.

Todos fueron acusados de cometer crímenes de lesa humanidad en Campo de Mayo durante la última dictadura cívico militar contra 23 víctimas, entre las cuales se encuentran siete embarazadas que dieron a luz en maternidades clandestinas.

En tanto, a Osvaldo García, director de la Escuela de Infantería dependiente del Comando de Institutos Militares y responsable de los delitos cometidos en el área 450, se le suspendió el proceso por razones de salud.

“Es bueno que le den una condena alta”, afirmó la abuela de Plaza de Mayo, Alba Lanzilotto -familiar querellante en la megacausa de Campo de Mayo- y agregó que “estos juicios son posibles por la lucha de 30 años que lleva este pueblo y un gobierno que empuja a tomar conciencia”.

María Catalina Ovando de Sánchez recuperó su identidad en el año 2008 y hoy a sus apropiadores se los sentenció a la pena más alta en las condenas ya dictadas a otros apropiadores.

“No celebro que ellos vayan a la cárcel, pero celebro que no haya impunidad y que la justicia los haya encontrado culpables”, subrayó Catalina emocionada y agregó: “agradezco a mis abuelos que me buscaron toda la vida, la sociedad tiene que entender que la apropiación no es un gesto de amor”.

Manuel Gonçalves -quien recuperó su identidad en el año 1997 y acompaña a otros nietos y abuelas en los juicios por apropiación- dijo que “cuando yo recuperé mi identidad reinaba la impunidad en Argentina, tuve la suerte de vivir la caída de las leyes de impunidad sabiendo quién era realmente”, y agregó que “tengo claro la diferencia entre esa Argentina y la de hoy, lo que estamos haciendo es juzgar desde la democracia a esa dictadura genocida”.

Más de un centenar de personas se congregaron en las puertas de los Tribunales -sobre la calle Pueyrredón al 3700- donde montaron una radio abierta hasta el momento en que se dictó el veredicto.

Familiares, ex detenidos, nietos restituidos, sindicatos y las organizaciones que integran el espacio Unidos y Organizados resaltaron las sentencias.

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