La Asociación Civil Madres del Dolor promueve la prestación de justicia y brinda servicios de asistencia y contención a víctimas y familiares de hechos de violencia. Días atrás, Silvia Irigaray, actual presidenta, estuvo en la provincia, donde realizó diversas actividades y se acercó a familiares de algunas de las tragedias más resonantes de estos últimos tiempos, además de mantener un encuentro con la mamá de María Soledad Morales.
Irigaray, madre del joven Maximiliano Tasca, asesinado junto a dos amigos en Floresta por un policía que luego recibió prisión perpetua, dialogó con El Esquiú.com y manifestó que vino “a charlar con la gente que tiene dolor”, dejando expresa su intención de colaborar.
Consultada respecto a cuál es la actitud aconsejable para familias cuyos miembros sufrieron un hecho trágico, la mujer fue contundente: “Tienen que acercarse al fiscal y tener comunicación con él, más allá de que tengan un abogado o no. Es importante que se note que detrás de un expediente con papeles hay una vida que ya no está y una familia lastimada. En un primer momento, es fundamental la contención y después aconsejo que no se queden, porque las primeras 72 horas son fundamentales con los testigos, y uno no lo sabe a eso, yo lo aprendí por el cachetazo que me dio la vida y a su vez aprendí que no tiene que ser en vano la muerte de un hijo, hay que luchar y ése es mi mensaje desde hoy hasta el resto de mi vida”.
En un ejemplo conmovedor de lucha por los seres queridos, Irigaray expresó: “Yo a Maxi lo tuve en la panza nueve meses y lo parí un 4 de agosto. Cuando me lo mataron, volvió a estar dentro mío”. “Un día vi mi cara en el noticiero de Telefé toda hinchada, llorando y con ojeras y dije ‘no, si mi hijo viera esto me pegaría cuatro gritos’. Él siempre estaba orgulloso de su mamá coqueta. Me impresionó mi mala cara y decidí ser más fuerte y transmitir eso, porque no hay que dar lástima, es lo que toca en la vida y por algo ocurrirá así”, señala la presidenta de la asociación.
Respecto a las protestas realizadas por la muerte de Pachao, señaló: “Este reclamo es muy valedero, con respeto y con la voz fuerte, todos tenemos derecho a reclamar por nuestros hijos muertos”.

Con la bendición de Francisco

“Unos meses después que matan a los chicos en Floresta, una persona de la cual hoy el mundo entero habla quiso ver a las tres familias. Era Bergoglio. Nosotros tenemos cerca de casa la Iglesia de Nuestra Sra. de La Candelaria y cada 2 de febrero es el día de la Virgen de allí. Bergoglio venía todos los años, incluso el mes pasado charlamos. A él le gusta lo que yo hago; la primera vez que hablamos de mi tarea, el me decía que estaba muy bien el camino que había elegido y que iba lamentablemente a tener mucho trabajo. No me lo voy a olvidar nunca porque me dio muchas fuerzas, primero para poder atravesar el juicio. Fue mi primer acercamiento a semejante hombre, después de eso lo vi todos los años y la última vez fue hace un mes, en este 2013. Cuando me enteré de que lo eligieron Papa estaba desarmando mi valija en Catamarca, prendí la tele y lo vi. Doy fe que es un hombre que se acerca a lo que tenga que ver con el dolor y eso no es nada fácil”.