La Justicia condenó en horas del mediodía de ayer a Roque Carrizo a purgar una pena de 3 años y 6 meses de prisión por el delito de “abuso sexual con aprovechamiento de la inmadurez sexual de la víctima”; es decir, por haber mantenido relaciones sexuales consentidas con una menor de edad que además padece retraso mental.
El fiscal Ruben Carrizo, en la conclusión de sus alegatos, había reclamado una pena sensiblemente mayor, de once años de prisión efectiva, para el acusado, quien había llegado a la Cámara Penal Nº3 bajo la imputación “abuso sexual agravado por la convivencia transitoria con la víctima”, delito que tiene la pena máxima de veinte años de cárcel y una mínima de ocho.
Sin embargo, el Tribunal Colegiado de la Cámara hizo lugar al pedido presentado por el abogado defensor del imputado, Juan Manuel Zelarayán, quien, argumentando que las relaciones sexuales que su defendido había mantenido con la víctima habían sido con consentimiento de ésta, pidió que se baje la calificación con la que llegó Carrizo a debate.
Las fuentes judiciales consultadas dieron a conocer que la menor de edad, de sólo 14 años en ell momento en que comenzó la relación, vivía en una casa que le pertenecía al condenado junto a sus hermanos, y que su madre se ausentaba permanentemente del humilde hogar.
En su relato de los hechos, el acusado no negó en ningún momento haber tenido sexo con la adolescente, pero aseguró que se había dado en el marco de una relación amorosa consentida por ambos y que tenía cartas de amor y dibujos que la adolescente le había enviado en su transcurso.
El hombre, en ese momento de 42 años, admitió que tuvo relaciones con la menor en múltiples ocasiones y en diferentes lugares.
A su vez, los testigos que desfilaron por la sala del debate, que se llevó a cabo a puertas cerradas por ser de instancia privada, dieron a conocer que la adolescente se escapaba para ver al hombre y, precisamente, la madre de la menor expresó que el sujeto había llegado a pedirle la mano de su hija en matrimonio, a lo que respondió negativamente, teniendo en cuenta la edad de su hija, sus problemas mentales, y el hecho de que el propietario de la casa en la que vivía con su hija y los hermanos ya tenía esposa.
Cabe destacar que los hechos que se ventilaron a lo largo del juicio tuvieron lugar en 2010, en una localidad ubicada a pocos kilómetros de Chumbicha y la víctima vivía a unas cuadras del domicilio de su victimario.
El caso llegó a manos de la Justicia porque una tía de la menor, al conocer la situación por la que estaba atravesando su sobrina, decidió radicar una denuncia en contra del hombre, quien quedó detenido desde ese momento por la gravedad de la imputación.
Al imponérsele una condena de 3 años y 6 meses, y teniendo en cuenta que ya estuvo privado de la libertad dos años, Carrizo saldría en libertad en pocos meses, según se informó.

Retraso

Uno de los elementos que se tuvieron en cuenta en el juicio es que la víctima no sólo era menor de edad, sino que padece un retraso mental leve, con rasgos esquizoides, lo que dio a conocer la pericia psiquiátrica que se le practicó.
La joven, ahora de 18 años, vive en la Capital y está intentando finalizar sus estudios secundarios.