Conmovedor testimonio
La catamarqueña Ana Mohaded declaró y señaló a sus torturadores de La Perla
La docente, sobreviviente del centro de exterminio, se presentó ante el tribunal federal cordobés y brindó un desgarrador relato.
La catamarqueña Ana Mohaded declaró como sobreviviente de los centros clandestinos de detención de la dictadura y dijo ante el Tribunal Oral Federal cordobés que La Perla fue el lugar “donde toqué el infierno y lo más miserable de las conductas humanas, como así también lo más sublime y espiritual, por la resistencia a las torturas y vejaciones”.
Mohaded pertenecía a la agrupación CURS (Corriente Universitaria de la Revolución Socialista) y participaba de la lucha por mantener abierta la Escuela de Cine de la Universidad Nacional de Córdoba en 1975. La catamarqueña relató que fue secuestrada el 11 de noviembre de 1976 junto a sus compañeros Norma Verti y Hugo Basso en la ciudad de Córdoba. Recordó las “interminables sesiones de torturas y vejaciones” a las que era sometida en los distintos lugares dependientes del Tercer Cuerpo del Ejército donde estuvo detenida.
Mohaded debió soportar simulacros de fusilamiento, torturas y situaciones “que me hacían sentir denigrada”. “La tortura no tiene que ver con el físico, sino con el pensamiento, con la denigración de vos como persona, con la anulación y la despersonalización. El golpe duele, pero duele más toda la otra historia en que una va siendo acorralada, ninguneada, violentada”, manifestó Mohaded. “Desnudarnos y bañarnos frente a los guardias mirando, los insultos con connotaciones sexuales, los manoseos y los intentos de violación eran prácticas habituales de los represores”, relató en otro pasaje de su testimonio y dijo que lo hacían con la “potestad que el Estado les dio”. “Cantaban, bailaban, había un clima de exaltación. Era algo macabro. Es decir que el torturar formaba parte de un ideario, de un estilo de vida”, señaló.
Entre los principales torturadores identificó a los represores Ernesto Barreiro, Luis Manzanelli, Miguel Angel Gómez, Ricardo Lardone y Carlos Díaz. Recordó la identidad de varios secuestrados con quienes compartió cautiverio y mencionó particularmente a Justino Honores por el “valor” que demostró en todo momento ante el “ensañamiento y feroz tortura” que los represores, en particular Barreiro, demostraron con él hasta que murió en brazos de Eduardo Porta, otro de los detenidos.
Desde su detención en 1976 y hasta su libertad en noviembre de 1982, Mohaded fue sometida a tres Consejos de Guerra y un tribunal de enjuiciamiento militar, cuyo proceso luego fue anulado. No obstante, el Juzgado Federal 2 de Córdoba la condenó por el delito de asociación ilícita “sin pruebas”, mencionó.