Un nuevo hecho de violencia desmedida involucra a un efectivo de la Comisaría Séptima, a quien familiares de un joven acusan de haberle disparado sin razones aparentes en el barrio Eva Perón.
Cerca de las 18.30, Nelson Varela (27), se encontraba en la esquina de calles Alpatauca y Yuntasuma, en el mencionado barrio. Allí, protagonizaba una pelea en contra de otra persona que hasta el momento no fue identificada.
Su pareja, Susana Elizabeth Garay, relató a El Esquiú.com que salió de su domicilio a separar a su novio y cuando se estaban yendo, llegaron dos móviles pertenecientes a la Comisaría Séptima en jurisdicción.
Según la versión de la mujer, sin mediar palabras uno de los efectivos le realizó un disparo con la escopeta antitumultos que portan los uniformados. Posteriormente, los agentes habrían emprendido la huida dejando abandonado a Varela.
“Ya estábamos yéndonos bien y vino de la nada, yo vi cómo le tiró. Después lo dejaron tirado como un perro, eso es abandono de persona, los vecinos tuvimos que salir a buscar una ambulancia”, señaló Garay.
El joven fue trasladado de urgencia hacia el hospital San Juan Bautista, donde permanecía estable pese a la gravedad de la lesión recibida. Según se pudo conocer, el disparo le habría realizado una perforación en el pulmón que obligó la intervención quirúrgica.
Desde la fuerza, la explicación señalaría que Varela enfrentó a los uniformados que acudieron al disturbio, aunque el hecho se encuentra en investigación.

“Lo discriminan”

Una veintena de familiares y allegados de Varela se hicieron presentes frente al nosocomio a los fines conocer su estado de salud, lo cual motivó el arribo de los grupos de choque de la policía con fines preventivos.
“A él lo discriminan, porque ya estuvo privado de su libertad por robo, pero él ya pagó, ahora trabaja en una cooperativa. La policía no tiene derecho a hacer cosas así, encima te vienen a apretar para que no digas nada”, señaló una de las presentes.
La Justicia tomó conocimiento del hecho y comenzó una investigación de oficio. A raíz de las lesiones, fue la Unidad de Delitos Criminales quien tomó el caso y el fiscal Roberto Mazzucco ordenó el secuestro de las armas de la Comisaría, como así también del libro de guardias, a los fines de establecer cuál de los efectivos habría sido el autor del disparo.
Cabe recordar que la Comisaría Séptima ya fue señalada en numerosas ocasiones por ejercer violencia desmedida sobre detenidos, e incluso se la vinculó con la muerte de Diego Pachao.