Este episodio ocurrió el pasado martes en un santorio privado cuando luego de intervenir a la madre embarazada por un cuadro de apendicitis, le practicaron una cesárea de urgencia con 27 semanas de embarazo. Tras el parto le comunicaron a los padres que la bebé con un peso de 650 gramos, había muerto.
Nadia Herrera, la madre de la bebé, pidió ver a su hija y al tenerla en los brazos comprobó que tenía movimientos de sus manos de lo cual la enfermera manifestó que eran reflejos.
Luego, tras advertir movimientos de los pies y de la boca, Nadia habló con familiares y solicitó el traslado inmediato de la beba a la Maternidad Provincial.
Los médicos de la Institución provincial le realizan un tratamiento para poder revertir el estado de salud de la neonata que presenta un cuadro delicado con pronóstico reservado.
Los familiares expresaron que van a presentar una denuncia por mala praxis contra el profesional que asistió a la beba.

Fuente: radio Valle Viejo