Asesinato en el Leo IV - Crimen de la psicóloga

“Bebe” Cano admitió los dos crímenes y pidió disculpas a la familia de Orce

Reconoció la autoría, pidió ayuda por su adicción a la cocaína. Señaló que está arrepentido y tenía que descargarse.
jueves, 4 de abril de 2013 00:00
jueves, 4 de abril de 2013 00:00

Damián Matías Cano, conocido entre sus amigos como el “Bebe”, se quebró ayer frente a los fiscales y reconoció haber matado tanto a Susana Aguilar como a María Eugenia Rojas. El especulado giro en la investigación descarta a Mauro Orce, quien era el único imputado por el crimen de la psicóloga y ahora será puesto en libertad de manera inmediata. En la misma jornada, las curanderas acusadas del crimen de Miguel Cativa fueron absueltas y hubo varias críticas a la instrucción, realizada por la misma unidad fiscal.
Si bien en la jornada anterior “Bebe” ya había admitido la autoría de los crímenes frente a los policías que lo detuvieron, la confesión no era válida por falta de documentación y por no encontrarse presentes los fiscales que entienden en la causa.
Al caer la tarde, el imputado fue llevado al edificio de Fiscalía, a los fines de ser indagado por los fiscales pertenecientes a la Unidad de Delitos de Investigación Especial, Marcelo Sago y Miguel Mauvecín.
Cano se presentó en compañía de su abogado defensor, Adolfo Castellanos, y durante un prolongado lapso de tiempo que superó las tres horas fue interrogado por los pesquisas.
A la salida, su representante legal confirmó lo que ya se vislumbraba: “Ha confesado los dos crímenes. Básicamente en estos momentos declaró sobre el caso de Susana Aguilar. He hablado con él, me dijo textualmente ‘me quiero descargar, necesito hablar, necesito confesar el hecho’”. Además, agregó que el joven descartó el móvil del robo.

Cómo fue

El acusado relató minuciosamente la forma en que le puso fin a la vida de Aguilar. En este sentido despejó varias dudas que había respecto de la investigación.
Según narró “Bebe”, quien se reconoció como un cocainómano de larga data, en las noches de los dos crímenes se encontraba bastante alterado por haber consumado una alta dosis de estupefacientes, específicamente cocaína. En cuanto al asesinato en el Leo IV, señaló que fue la propia mujer quien le abrió la puerta por conocerlo de hacía tiempo. Luego de mantener una charla por unos minutos, pidió permiso y se dirigió al baño. Momentos después, aunque siempre aclarando que no entiende por qué lo hizo, habría tomado un cuchillo tipo “Tramontina” que guardaba en un bolso y llamó a la mujer diciéndole que se había roto el bidet. La víctima se acercó hasta la puerta del baño y allí se produjo el enfrentamiento, producto del cual el joven aún presenta secuelas en sus manos.
La saña habría sido tal, que se habla de que el cuerpo presentaba cerca de más de ochenta puñaladas, distribuidas especialmente en la zona del rostro, el cual quedó completamente desfigurado. “Él tiene algunas marcas en sus manos, sobre éstas afirma que de tanto apuñalar a la víctima, el mismo cuchillo iba rozando contra sus manos y cortándolo”.
La psicóloga

Al tratarse de una declaración en el marco de otra causa, el abogado defensor insistió en que Cano fue muy escueto con su confesión, ya que no dio mayores detalles.
El asesino confeso no se encontraba siquiera imputado en el marco del homicidio de la joven María Eugenia Rojas y posterior incendio de su departamento, incluso había sido descartado de entre los sospechosos al presentar una coartada que lógicamente ahora se sabe que fue falsa. En cuanto a esta situación, se dio a conocer que en los próximos días Cano sería indagado nuevamente.

“Enfermo”

“Él desconoce, no sabe qué lo llevó a esto, lo que sí sabe es que en los dos crímenes había consumido gran cantidad de cocaína”, fueron las palabras del abogado defensor respecto de las motivaciones que habría tenido “Bebe” para matar y luego quemar a ambas mujeres. “Ha solicitado ayuda a la Justicia, para que se dé comienzo a un tratamiento, que no hay ningún tipo de dudas que este chico lo necesita de manera inmediata”, dijo Castellanos.
Cano, imputado hasta el momento por un hecho de homicidio simple (en los próximos días se lo imputaría por el crimen de Rojas), manifestó su arrepentimiento: “Le pide perdón a las dos familias; cuando habló del muchacho Orce dijo que sentía mucha culpa porque estaba vulgarmente ‘comiendose el garrón’”.
Según dejó ver Castellanos, el joven rompió en llanto en numerosas ocasiones.

Por partida doble

“Es una situación complicada para todo el mundo, es bastante aberrante lo que ha ocurrido y bastante frío de la forma en que sucedió [...] porque describió absolutamente todo, la manera, la forma en que asesinó a la señora Aguilar. Por otro lado, cuando terminó la declaración pidió hablar a solas conmigo y allí me planteó la situación de que quería confesar el otro crimen”, señaló el abogado Adolfo Castellanos.
 

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