Malcolm Shabazz murió asesinado este jueves en la Plaza de Garibali de la Ciudad de México como le sucedió a su abuelo hace 48 años en el barrio de Harlem de Nueva York. Pero la muerte del joven, de 29 años, en nada se parece a la producida por aquel disparo que mató al líder afroamericano Malcolm X mientras hablaba ante unas 400 personas. Por causas que aún no están claras, el chico recibió numerosos golpes en los alrededores de la emblemática plaza y murió poco después en un hospital del DF, ha informado la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) en un comunicado.

El joven había viajado a México para encontrarse con el líder del movimiento de ayuda a los grupos desfavorecidos Rumec, con sede en San José (California). En compañía de su amigo, un mexicano que tras varios años en California fue deportado la semana pasada desde EE UU, decidió pasar la noche del miércoles en la Plaza Garibaldi, símbolo del mariachi con música de bandas en directo y centro de reunión de miles de jóvenes los fines de semana. Según informa la PGJDF, estuvo "ingiriendo cervezas".

Miguel Suárez, el amigo de Shabazz que fue citado a declarar el viernes por la tarde, le dijo a la agencia The Associated Press que la pelea comenzó en en interior de un bar llamado Palace. "Estábamos bebiendo y bailando con las mujeres", contó. El dueño del local, siempre según la versión de Suárez, les pidió que abonaran una cuenta de 15.000 pesos (unos 1.200 dólares). "Básicamente nos timaron". Como no quisieron pagar, se desató la trifulca, que acabó con el joven gravemente herido.

La policía mexicana no ha confirmado los hechos mientras la investigación sigue abierta. Desde California, Juan Ruiz, amigo de Suárez y trabajador de la organización Rumec, tampoco ha querido dar más explicaciones, pero sí ha comentado que el joven tenía la intención de viajar próximamente a Cuba.

La vida del nieto del icono afroamericano ha estado rodeada de polémica desde su adolescencia. A los 12 años fue acusado de iniciar un incendio en su casa que acabó con la vida de su abuela, viuda del activista, por lo que pasó cuatro años en un centro de menores. Ya cumplida la mayoría de edad, Malcolm volvió a prisión por un robo en el año 2002.

Fuente: Diario El País