Inesperado giro

Contradicciones en juicio por violencia de género

La supuesta víctima dejó muchas dudas tras su declaración ante el tribunal.
martes, 28 de mayo de 2013 00:00
martes, 28 de mayo de 2013 00:00

En horas de la mañana de ayer dio inicio en la Cámara Penal Nº3, el debate oral y público en el que se trata de establecer la culpabilidad de Héctor Luis Aramburu por una serie de graves denuncias que radicó en su contra Alejandra Moya y por las cuales se encuentra privado de su libertad.
En el inicio de la audiencia, se hizo lectura de la declaración del imputado, contra quien pesan 11 hechos, entre los que se cuentan amenazas, lesiones leves, daños y un intento de privación ilegítima de la libertad.
En la misma, el hombre asegura que, en realidad, él es quien ha sido víctima constante de las amenazas de ella, las que devienen del hecho de haber concluido con la relación.
Aramburu, quien está casado, al igual que la denunciante, indicó que las denuncias que presentó ante la Justicia su ex amante, son por despecho y en ningún momento agredió la física o verbalmente, ni tampoco le envió amenazas a través de su hijo, sino que, por el contrario, la mujer le había enviado tanto a él como a su esposa y a una amiga de la familia, mensajes de texto amenazadores y con alto contenido obsceno.
En el transcurso del debate, la denunciante prestó juramento y atestiguó ante el Tribuna de la Cámara, contestando las preguntas del fiscal Rubén Carrizo y del defensor del imputado, Víctor García; pero, al contrario de lo esperado, la declaración de la presunta víctima, al incurrir continuamente en contradicciones, dejó más dudas que certezas. Alejandra Moya, por caso, no supo contestar la fecha de inicio o de la finalización de la relación que mantuvo con Aramburu.

“No era mi número”

Continuando con el interrogatorio, el defensor de éste le preguntó sobre si le pertenecía un determinado número celular, a lo que la mujer contestó que sí; pero una vez que se dio lectura a los mensajes de texto que habían provenido de ese número, se desdijo.
Es que, una vez que afirmara que ésa era su línea, a continuación, se leyó frente a la sala una serie de irreproducibles mensajes con alto contenido obsceno y amenazador, en los que la mujer le decía a Aramburu que le haría daño a su miembro viril, y que si no iba a estar con ella, no iba a estar con nadie más, porque iba a parar a la cárcel.
Otro párrafo aparte merece una amiga de la familia de Aramburu, Norma Palavecino, quien se vio obligada a presentar denuncias penales en contra de Moya a causa de los amenazantes mensajes que le llegaron, los que se concretaron en el transcurso del año pasado, cuando fue atacada en la vía pública por gente que fue enviada por ella. A su vez, la mujer aseguró que la amenaza más perturbadora que recibió fue una en la que le aseguró que “haría que violen a su hijo”. En el día de la fecha, se escucharán los alegatos de las partes y la decisión final del Tribunal.
 

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