Alicia Cabanillas, la actual jueza de Ejecución Penal, ya había señalado a raíz de sus visitas periódicas a las instituciones carcelarias provinciales el peligro que representaba que los reclusos manejen herramientas en los pabellones. Además de una serie de gravísimas falencias que se arrastran desde anteriores gestiones de gobierno, la magistrada puso en conocimiento a las autoridades pertinentes sobre la facilidad con la que los internos manipulan elementos cortopunzantes aún en sus celdas.
Para concretar su fugaz pero trascendente escape del penal de Miraflores, el joven ladrón Jacobo Jiménez se habría valido de una pinza o un alicate, con el cual según las explicaciones del subdirector del lugar abrió tres alambrados ante el descuido de un celador que dejó una puerta sin cerrar correctamente.
Si bien es cierto que “Jota” se hizo de la herramienta ante el “relajamiento” de un empleado de mantenimiento que dejó olvidado el elemento tras una reparación, la jueza Cabanillas señala que “fácilmente podría haberse hecho de un elemento similar visitando un pabellón, donde la mayoría trabaja con herramientas de carpintería”.
En un informe elevado al ejecutivo en el mes de abril pasado, la magistrada reiteraba que aún reconociendo lo importante y necesario que es para los internos el trabajo de manualidades, éstas las realizan en sus celdas por falta de un espacio adecuado para esas tareas. Esto acarea grandes peligros, ya que “de producirse un altercado entre internos, dichos elementos resultarían letales, con el agravante de que la tenencia de los mismos se encuentran expresamente prohibida por la ley”.
Ante esta problemática, se recomendó la creación de algún salón de usos múltiples adecuado para este tipo de actividades.
“Yo no soy quién para hablar de la negligencia, como dice el subsecretario Morales, pero lo cierto es que se advirtió e intimó a este y al anterior gobierno a que se haga un taller de usos múltiples, donde puedan realizar las tareas sin riesgos”, indicó Cabanillas a este medio.

Viejas falencias

Luego de haber realizado en la jornada de ayer otra visita a las instalaciones de Miraflores, la jueza advirtió que persisten viejas falencias en la institución: “Mandé a un interno a Sanidad porque se había autoflagelado por un problema personal, nadie advirtió que estaba cortado y eran las 10 de la mañana y el médico no había llegado, aunque me dijeron que estaba en el Correccional de Mujeres. Habiendo cinco médicos, ¿por qué no hay guardia las 24 horas, como tienen todos los penales?. Todavía no contrataron a psiquiatra, no hay uno fijo como corresponde sino que le pagan a uno cuando va. Seguimos con el problema del gas y está a punto de culminar la prórroga para el trasladado de las mujeres penadas a un nuevo penal, del cual no hay noticias aún de avance”, sentenció.

Competencia

Sobre los dichos del subsecretario de Seguridad, Juan Pablo Morales, quien señaló que investigar responsabilidades penales por anomalías u omisión era tarea del fiscal, la magistrada expresó: “Le asiste razón en cuanto a que será la fiscalía interviniente quien deba investigar los hechos acaecidos, pero no resulta menos cierto que la constitución de Catamarca [...]señala que La Corte fija la jurisdicción y la competencia de los jueces inferiores y supervisa a través del órgano competente, es decir el juzgado de Ejecución, las condiciones carcelarias. Es el contralor judicial y administrativo de la institución. En este sentido, el artículo 208 de la ley 24.660 señala que el juez de Ejecución verifica el tratamiento de los condenados, pero también la organización de los establecimientos donde se cumple la pena”.