Fuentes judiciales dieron a conocer que en el transcurso de la semana pasada un grupo de padres se hizo presente en el edificio del Juzgado de Menores, manifestando su disconformidad por haber sido citados para juicios que se están efectuando en contra de sus hijos, menores de edad. El juez de Menores, Rodrigo Morabito, explicó a El Esquiú.com que la protesta de los mismos y su ofuscamiento se originó cuando fueron notificados en relación a diferentes causas que están abiertas en contra de sus hijos por haber infringido las leyes.

Elevaciones

El magistrado explicó que si bien, en muchos casos, los menores de más de 16 años, esperan la sanción penal que les toca en libertad; lo que no ocurre cuando se trata de delitos graves, ya que en esas ocasiones se dispone que los mismos sean alojados en el Instituto de Menores Santa Rosa, todos los casos en los que los menores infringieron la ley son seguidos y, por estos momentos, ya se encuentran próximas a ser elevadas a juicio una veintena de causas que tiene como autores de los hechos delictivos a menores de edad.
“A pesar de que sean menores de edad, todos los casos se siguen investigando por todas las causas en las que fueron imputados y si siguen delinquiendo, esto se acumula”, aseguró Morabito, respondiendo así a los padres de los menores.
El juez indicó que cuando se trata de delitos graves, en los que el menor ejerció violencia, por caso, un homicidio o hechos delictivos violentos, se dispone que los menores queden alojados en la entidad dispuesta para estos fines, hasta que alcancen la edad de poder ser sancionados penalmente; momento en que se resuelve que éstos sean alojados en el Servicio Penitenciario Provincial.
En este sentido, el juez de Menores aseguró que al no existir en Catamarca un Régimen Penal Juvenil, estas causas son elevadas a juicio y resueltas en la Cámara de la Justicia Ordinaria, que está facultada para estos fines.
“Los padres se sorprenden cuando son citados, porque piensan que al ser sus hijos menores, no tendrán sanciones”, expresó, agregando que, lejos de ser esto cierto, las causas prodiguen, e incluso hay medidas privatorias de la libertad, en el caso de que se trate de un delito grave, por más que éste haya sido cometido por parte de un menor de edad.