La fiscal Olga Pereyra, en los alegatos del juicio por homicidio culposo que se lleva a cabo en el Juzgado Correccional Nº 2, en contra de Víctor Churas Condorí, consideró que no se trató en este caso de un accidente, sino de un “siniestro”, ya que el imputado actuó con total inobservancia de las leyes de tránsito e imprudencia, por lo que se trató de un hecho luctuoso y delictivo.
Por este motivo, pidió para el imputado una condena de 2 años y 6 meses de prisión efectiva, considerando que el cumplimiento de la pena en suspenso “es un derecho que el imputado debe ganarse”, y en este caso no lo hizo. Asimismo, solicitó que el acusado sea inhabilitado para conducir cualquier tipo de vehículo por espacio de 10 años.
A su vez, el abogado querellante de la familia, Carlos Romero, adhirió a lo requerido por la representante del Ministerio Público, pero el abogado defensor de Churas Condorí, a su turno, esgrimió varios argumentos que exoneraron a su defendido. Por caso, según apuntó Rodrigo Ovejero, éste carece de antecedentes penales y el imputado fue respetuoso de la ley desde ese momento en adelante, según la actualización de su historial. Además, el defensor hizo hincapié en el análisis toxicológico negativo de Churas Condorí, considerando que en su caso, un tratamiento de resocialización intra-muros sería contraproducente.
Por esto, Ovejero solicitó la pena mínima en este caso y que la condena sea en suspenso. Cabe señalar que familiares y amigos de Alejandro Andrada, quien falleciera a causa de la maniobra que el 25 de julio de 2009 efectuó Churas Condorí en la avenida Ramón Luna, se manifestaron en la esquina del Juzgado, cortando la calle San Martín por aproximadamente 30 minutos, mientras se desarrollaba el debate en el que se juzga al hombre oriundo de Bolivia.
Alejandro Andrada encontró la muerte en esa avenida cuando se dirigía a su lugar de trabajo con el casco protector puesto, dejando a dos hijos. Tenía tan sólo 21 años.