Una familia perdió todo luego de que se produjera un incendio en su casa. Cinco días después, salieron a cortar las calles porque las pericias indican que el origen de las llamas fue un desperfecto en la instalación eléctrica de la morada y aún no tienen una respuesta oficial.
El pasado domingo 2 de junio las llamas se devoraron prácticamente la totalidad de las pertenencias de la familia Medina, quienes residían en la casa Nº 58 del barrio 107 viviendas.
En el lugar dos dotaciones de bomberos trabajaron arduamente para sofocar el fuego, pero los daños materiales de todos modos fueron importantísimos.
Ayer en horas de la tarde, familiares, vecinos y amigos de los Medina cortaron la intersección de avenida Ahumada y Barros y Gobernador Ramón Correa, solicitando una solución habitacional para la familia, quienes quedaron totalmente en la ruina.
En diálogo con El Esquiú.com, la dueña de casa relató desconsolada la situación que le toca vivir, acusando directamente a la empresa que realizó las conexiones en su barrio. “El IPV ni presente se hace, la empresa Huasi que también dé la cara. Brizuela del Moral les pagó para que que hagan las cosas y todo lo pusieron mal”, señaló la mujer conmovida.
Luego advirtió que “no tan sólo en mi casa puede pasar, esto le puede pasar a los vecinos porque todas las casas son iguales y tienen las mismas conexiones, algunos tuvieron plata para cambiarlas pero yo no tenía”.
La familia Medina está conformada por el matrimonio y siete hijos, quienes actualmente duermen hacinados en un cuarto que les presta temporalmente un pariente, usando las tres camas que les fueron provistas desde el Ministerio de Desarrollo Social. Según indicaron los manifestantes, desde el IPV no les brindaron una respuesta y ni siquiera los habrían atendido.
Las condiciones en las que fueron entregadas las últimas viviendas de la anterior gestión de gobierno aún siguen siendo blanco de las críticas de los vecinos, quienes debieron poner de su bolsillo para modificar conexiones eléctricas por temor a sufrir siniestros.
“Yo mientras no me entreguen una casa donde vivir no me voy a mover de acá”, concluyó Medina entre llantos.