En un extenso procedimiento de seguridad que involucró a efectivos de varias comisarías del Valle Central y del interior, como así también a los grupos especiales, la policía de la provincia dio el golpe más duro en contra del narcotráfico en toda la historia de la provincia.
Un cargamento total de 1.000 kilos de marihuana paraguaya -valuado en alrededor $3.500.000- compactada en 984 panes fue incautado luego de un intenso rastrillaje realizado por la división Montada y la división Canes en un descampado de Nueva Coneta, a menos de un kilómetro del complejo del ex Hotel Sussex, como consecuencia de una pista arrojada luego de que tres camionetas que se fugaran de un control vehicular fueran secuestradas, y dos personas oriundas de la provincia de Misiones fueran arrestadas.
La serie de procedimientos que inició como una simple requisa en un control vehicular se convirtió, dada la cantidad de estupefacientes decomisados, en el mayor operativo antidrogas en 18 años, contando solamente con el antecedente -en la cantidad pero no en el valor- del célebre operativo “Café Blanco”, realizado en el año 1995 y mediante el cual se incautaron más de 1.035 kilos de cocaína (ver en esta misma edición).

Fuga y persecución

El descubrimiento de la presencia del gigantesco cargamento de estupefacientes fue anoticiado a las 2.45 de la madrugada, luego de que tres camionetas -dos Volkswagen Amarok y una Toyota Hilux con sus conductores presuntamente vinculados entre sí- llegaran al control vehicular del puesto caminero de El Portezuelo, sobre la ruta nacional Nº38 salida a Tucumán, y se intentara requisar una de ellas. Previamente, un Volkswagen Suran había pasado desapercibido por el control y fue secuestrado en Huillapima y sus ocupantes fueron arrestados. Ambos, según se confirmó, son oriundos de Catamarca.

La versión ofrecida por fuentes policiales confirma que dos camionetas fueron controladas en El Portezuelo. Al no presentar irregularidades, se les permitió seguir camino aunque posteriormente, alrededor de las 15.30, una Hilux fue hallada abandonada en la zona de La Ripiera Sur. La tercera camioneta del puesto de El Portezuelo -una Amarok- fue objeto de sospecha para los uniformados de la policía caminera, ya que llevaba un importante cargamento de cajas blancas y bolsas que supuestamente contenían libros, según los propios dichos del conductor.

No obstante esta respuesta, los agentes pidieron que se bajara una caja para poder revisarla y comprobar su contenido. A pesar de haber obtenido una respuesta negativa, uno de los agentes logró destapar una caja y vio envoltorios de importantes dimensiones y de extraño aspecto. Posteriormente, pidió a las dos personas que estaban todavía en la camioneta que bajaran y exhibieran el contenido.

En ese momento, el conductor usando un arma blanca intentó asestarle una puñalada. Al verse atacado, el empleado policial dio un paso atrás y el conductor aprovechó este momento para pisar el acelerador y salir a toda velocidad del lugar. Tanto el Comando Radioeléctrico, donde a través del sistema de cámaras vieron todo el hecho, como el empleado policial dieron aviso para movilizar a unidades móviles. Efectivos de las comisarías Primera, Segunda, Tercera, Sexta y Novena -las jurisdicciones de avenida Belgrano y hacia el sur- además de los grupos especiales Kuntur, Infantería, GIR y GOP fueron puestos en alerta de la fuga de la camioneta. No obstante, cabe destacar que toda la unidad regional Nº1 -un total de 500 efectivos- fue puesta en aviso a través de circulares sobre el hecho.

La “tercera camioneta” fue finalmente detenida en el puesto caminero de la zona industrial El Pantanillo y sus dos ocupantes -supuestamente oriundos de Misiones- fueron arrestados. En total hay cuatro personas en calidad de arrestados en averiguación del hecho en la brigada de Investigaciones y tres camionetas secuestradas.

Informado el hecho a la Justicia Federal, se tomó la decisión de iniciar rastrillajes en la zona del ex hotel Sussex. Ya se contaba con fuertes sospechas sobre el paso de un vehículo por un camino de tierra. Alrededor de las 7 de la mañana, la división Montada encontró un total de 25 cajas y 10 bolsas arpilleras que contenían más de 980 panes de marihuana compactada.

De allí en más, los peritos de Criminalística y la división de Drogas Peligrosas trabajaron casi 12 horas seguidas en el lugar del hallazgo hasta desarmar todos los paquetes y contabilizarlos uno por uno con su respectivo peso y numeración. Según los primeros indicios -las bolsas arpilleras están marcadas con la firma de un molino paraguayo denominado Indega-, el cargamento bajó desde la República del Paraguay a Misiones, y desde allí con dirección a esta provincia.