En una carta dirigida a los medios de comunicación escritos, Damián “Bebe” Cano -único imputado por el crimen de Susana Aguilar, tras haber confesado el hecho- deslindó responsabilidades por el asesinato de María Eugenia Rojas, que se le podría endilgar por una importante cantidad de prueba reunida en su contra, disparando contra dos testigos que fueron citados por los investigadores para declarar.
La epístola firmada por Cano fue entregada por su asesor legal, Adolfo Castellanos, quien explicó que su defendido quería realizar una serie de aclaraciones con respecto a información difundida ampliamente por los medios sobre los testimonios que ubican a Cano en el lugar del crimen de la joven psicóloga. Cabe subrayar que, hasta el momento, el joven no ha sido imputado por este hecho, aunque diferentes medidas probatorias lo colocan en el lugar; entre ellas, la denominada “pericia genética”.
Según lo expresado por Cano en la carta, “sería importante para el descubrimiento de la verdad que la justicia investigue -a uno de los testigos- a quien se encuentra involucrado en el vil negocio de la droga”, supuestamente suministrando estupefacientes a parientes de profesionales y empresarios de la noche.
Además, Cano señala que, por comentarios extraoficiales y judiciales, le llegó la información de que en el lugar del crimen se encontró una importante cantidad de estupefacientes y dinero -circunstancia que sólo se conoció en forma de rumor y nunca contó con corroboración oficial- que pertenecería a uno de los testigos centrales de la investigación.
En este sentido, Cano no dudó en apuntar a esta persona, quien, a su entender, debería ser “el principal sospechoso de la muerte de María Eugenia”, ya que tenía acceso al domicilio de la joven asesinada, además de consumir drogas y comercializarlas. En esta temática, “Bebe” también disparó contra otro testigo que declaró en la causa, quien, según la información que él maneja, vende estupefacientes -llegó a suministrarle a él en varias ocasiones- y contaría con causas penales abiertas en el fuero federal.

El rol del Estado

Por otro lado, Cano disparó contra “el Estado y el gobierno” por no proveer soluciones y tratamientos integrales y accesibles para desintoxicar a personas con problemas de drogadicción. “Como consumidor que día a día lucha por rehabilitarse, soy conocedor de que el Estado deja a la buena de Dios a los adictos. Para recuperarte debes contar con importantes medios económicos para viajar a otra provincia donde sí existen instituciones dedicadas para drogodependientes.”
Cano asegura sentir que vive en una provincia con un “estado ausente que es culpable, directa o indirectamente responsable, por los males que aquejan a la sociedad”.
Por último, “Bebe” reiteró que su estado físico y mental es “poco saludable”, ya que padece alucinaciones, delirios y traumáticos síntomas de abstinencia a las drogas que consumía, particularmente el clorhidrato de cocaína de baja calidad.
En el final de su carta, Cano detalla que “responsabiliza al gobierno” y a los dos testigos contra los que apuntó por cualquier agresión que pudiera sufrir él o sus allegados.