Ayer tras una larga deliberación fue absuelto por el beneficio de la duda el exconcejal santamariano “Rapilo” Lagoria, quien fue enjuiciado por el robo de cinco cabezas de ganado, delito conocido como “abigeato”. El Tribunal de la Cámara Penal Nº2 tomó la decisión luego de escuchar los alegatos de cada una de las partes, y a pesar de que el fiscal Gustavo Bergesio pidió una condena de 3 años de prisión en suspenso para Lagoria y Miguel Ángel Ríos, considerándolos los artífices de la maniobra por la cual prestaron su colaboración en el faenamiento de los animales, y dos años en suspenso a Hugo Orlando Ríos, Gualberto Ramos, Pablo Ramos y Tomás Belmonte.
Bergesio consideró que había que tomar por cierto el primer testimonio de Rolando Reyes, quien sindicó a los imputados en la etapa de instrucción; no obstante, al declarar en el juicio oral negó esos dichos. En este sentido, Bergesio solicitó que se giren las actuaciones para acusar a Reyes por falso testimonio e investigar si el hombre fue coaccionado o sobornado para cambiar su declaración.
A su vez, la representante por la Acción Civil, María Romano, solicitó un resarcimiento de $1.264.000, considerando $60.000 por daño emergente, $70.000 por daños psicológicos y morales y $1.134.000 por lucro cesante teniendo en cuenta que las vacas robadas eran lecheras de raza Holando-Argentina y el toro era reproductor.

Lágrimas e incidentes

Una vez que el Tribunal diese a conocer el fallo, los familiares de los imputados y los de la víctima tuvieron un cruce verbal, profiriendo insultos y acusaciones. “¡Cuatreros, van a pagar con la justicia divina!” gritó una de las presentes, cuando el exconcejal Lagoria se aproximó a la cruz que se encuentra en la sala de audiencia y la tocó en señal de agradecimiento.
El hijo del damnificado, Rolando Reinoso, mientras su hermana debía ser asistida por médicos tras una crisis de nervios y su madre contenida luego de escuchar la sentencia; aseguró que proseguirán en la búsqueda de Justicia, más allá de este revés judicial, acudiendo a las instancias necesarias. “No son inocentes y son conocidos en Santa María por faenamiento clandestino”, aseguró, expresando que el testigo que se desdijo lo hizo porque fue sobornado para callarse.