Diego Dieguez Ontiveros, el abogado defensor del “Maestro Amor”, manifestó que la elevación a juicio de seis acusaciones de abuso sexual contra su defendido son una “noticia vieja” y que no está confirmada, ya que hace más de 4 meses, cuando se dieron por concluidas las investigaciones preparatorias, él presentó una oposición que aún no fue resuelta.
“Nosotros obviamente planteamos la mendacidad de los testigos contra Ocampo, la falta de pruebas y la ausencia total de testigos por parte de los dos denunciantes”, señaló el letrado, quien no dudó en afirmar que el hecho de que su defendido sea el famoso “gurú” le juega en contra. “Existe la construcción de un gran prejuicio en contra de Ocampo. Ese prejuicio es el que ha condicionado al fiscal y a parte de la justicia de Catamarca”, explicó Dieguez Ontiveros, recordando que, en un primer momento, las causas supuestamente habían prescripto, pero luego volvieron a reactivarse.
El abogado agregó, para redondear la idea, que, “más allá de su prescripción o no, lo que sostenemos es que los hechos no existieron y no existen; hay suficiente material de prueba para acreditarlo. Los denunciantes relatan una serie de hechos que son imposibles que hayan ocurrido con Ocampo, siendo desvirtuados por los innumerables testigos presentados oportunamente por la defensa”.

Despropósito

“La verdad, considero que es un despropósito la acusación del fiscal, con la ausencia total de elementos de cargo. Yo entiendo que ha forzado la acusación y ha cercenado el derecho de la legítima defensa en varias partes del proceso. A la luz de otros casos, pareciera que en esa fiscalía se toman decisiones apresuradas que se manejan más por otras presiones no judiciales, que bien podrían ser otros mecanismos de poder, como los medios o la iglesia”, sentenció el abogado del Maestro Amor.

Cámaras ocultas

Un hecho que Dieguez Ontiveros sostiene, un dato que debe ser tenido en cuenta, es el chantaje que sufrieron los seguidores del Maestro Amor el año pasado en una panadería céntrica, donde unos individuos que decían venir de parte de una de las presuntas víctimas de abuso, exigían dinero a los fines de no realizar un escrache y una manifestación contra el líder de la comunidad Meditazen. Tras acordar una fecha de pago, inocentemente regresaron en la fecha pactada, sin sospechar que la justicia ya había preparado una cámara oculta en el lugar.
A lo largo de la investigación de uno de los casos, Dieguez manifiesta que el mismo joven mencionado por los chantajistas también reconoció haberle pedido dinero al “gurú”.
Las causas que elevó a juicio el fiscal de la Unidad de Delitos Especiales, Miguel Mauvecín, se encuentran aún en el despacho del juez de Garantías, José Antonio Carma, a la espera de que éste resuelva si se enjuiciará a Ocampo o se hará lugar al pedido de su defensa.