El vicepresidente de la fundación Bienaventuranza, Rafael Indlekoper, mediante un escrito, solicitó que se aclare que en el caso de los niños restituidos a su padre días atrás, los mismos no vivían en la comunidad Meditazen, sino que tenían un domicilio particular.
“Atento a la nota publicada por este diario el 28/04/2015, en la sección Policiales bajo el título ‘Restituyen al padre a niños que vivían en la comunidad del Maestro Amor’ y a las imágenes publicadas en la misma del predio Meditazen, desmentimos que los niños hayan residido y menos aún se encontraran en el predio mencionado como lo infiere la nota”, expresó.
Meditazen es un centro comunitario perteneciente a la fundación Bienaventuranza, inspirada por el Maestro Amor, que nada tiene que ver en este caso.
Los nombrados no residieron nunca en los predios de Meditazen. El domicilio constituido a todos los efectos educativos y legales de los menores en cuestión es en la localidad de Coneta, Capayán, donde la mencionada familia posee su hogar, propiedad de su progenitora.
“(…) Es incorrecta la información publicada en la edición de ese día, donde se menciona haber sido ‘retirados de la comunidad del Maestro Amor’. Por todo lo expuesto es que ejercemos el derecho a réplica, aclarando que la vida privada de las familias que participen de actividades en esta fundación no son competencia de esta entidad”, manifestó.