Un incidente vial dio lugar a dos inesperadas situaciones en la Ruta Provincial 20, a pocos kilómetros de la localidad de Esquiú, departamento La Paz.
Todo comenzó cuando un camión Fiat Iveco Patente LVD 720, que trasladaba un gran cargamento de azúcar, quedó fuera del control de su conductor por causas aun no determinadas, y terminó volcando a la vera del camino.
Enormes fardos de azúcar quedaron desparramados en las inmediaciones del accidente, lo cual motivó la espontánea llegada de decenas y decenas de personas.
Caminando, en motos, biciletas y autos, una multitud se agolpó para hacerse de la carga derramada.
Una extensa fila de vehículos se formó en el lugar del siniestro, y cada uno se llevaba azúcar como podía: los más jóvenes cargaban las bolsas a mano, aunque casi nadie lograba llevar más de una a la vez.
Pero ese inusual cuadro fue apenas el primer episodio de la historia, ya que a medida que se llevaban el azúcar comenzaron a aparecer otros paquetes, de formato y tamaño muy distinto.
Mientras los acontecimientos se desarrollaban, llegaron al lugar efectivos policiales, que notaron que el chofer del camión, que no sufrió lesiones en el vuelco, aparentemente se esforzaba por deshacerse de los paquetes más pequeños, arrojándolos hacia el monte tan lejos como podía.
La policía no tardó en recuperar esos envoltorios, y al abrirlos descubrieron que, además del azúcar, los camioneros transportaban una gran cantidad de hojas de coca.
Esta segunda mercancía estaba ordenada perfectamente en un total de 43 bultos, que pesaron en conjunto 215 kilogramos.
La coca fue secuestrada por Gendarmería Nacional, y se investigará tanto su procedencia como su destino.
Una rápida investigación permitió establecer inicialmente que los hombres que viajaban eran tío y sobrino, de nacionalidad boliviana. Señalaron que provenían del norte del país y su viaje tenía como punto de llegada la ciudad  turística de San Carlos de Bariloche, en la provincia de Río Negro.
Los ocupantes del vehículo fueron llevados al Hospital Zonal Dr. Liborio Forte para que los asistieran por el golpe recibido, pero ninguno tenía heridas ni lesiones serias.