Columna de opinión
¡Los Derechos Humanos son de Todos!
*Por Rodrigo MorabitoEl pasado 10 de diciembre se celebró una vez más el día internacional de los DERECHOS HUMANOS coincidiendo con la fecha en que la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó la Declaración Universal de Derechos Humanos en 1948.
A diario escucho en distintos ámbitos de la vida a las personas renegar de los DERECHOS HUMANOS, señalando de manera muy superficial que tales derechos solo son para los “delincuentes” o para los que no laburan o para fomentar “vagos”; sin dudas ello no es así ni siquiera por aproximación.
Piénsese por unos minutos que los DERECHOS HUMANOS son aquellos derechos fundamentales que empoderan a los seres humanos para modelar sus vidas de acuerdo con la LIBERTAD, la IGUALDAD y el respeto por la DIGNIDAD HUMANA que dicho sea por cierto, en la actualidad muy poco o diría casi nada se cumple.
Suelo preguntarme a diario ¿por qué hay tantos Estados que no respetan los Derechos Humanos de las personas? Y a ello encuentro tan solo una respuesta: ¡porque a veces los mismos ciudadanos no respetan los derechos de los demás ciudadanos!
Ahora bien, cuando esos mismos ciudadanos que reniegan y menosprecian los DERECHOS HUMANOS, uno a uno, decidan respetar esos derechos fundamentales, lo más probable es que veamos cambios significativos en los gobiernos.
Cada persona que se encuentra hoy en la República Argentina en un estado absoluto de pobreza e indigencia está siendo vulnerada en sus derechos humanos básicos fundamentales, cada niño, mujer y anciano o adulto mayor (como se les dice ahora) que duermen en la calle, pasan hambre, frío o cualquier otra miseria se encuentran trasgredidos en sus DERECHOS HUMANOS, en definitiva, hay gente que goza de los DERECHOS HUMANOS y otras que no, pero pareciera ser que respecto de aquellos que no los tienen no nos importan para nada y en relación a quienes los gozamos no lo dimensionamos o lo minimizamos, ergo, hoy disponer de acceso al agua potable, al internet, a disponer de nuestra libertad y a partir de ella poder actuar con dignidad e igualdad es gozar de los DERECHOS HUMANOS y sin embargo renegamos de ello, pero tan solo respecto de aquellos que menos tienen, en definitiva, vivimos en una constante intolerancia a los males propios pero sí en una aceptada tolerancia a los males ajenos y eso no es otra cosa que egoísmo.
Debemos constantemente reclamar por el cumplimiento de los DERECHOS HUMANOS no solo para nuestra propia existencia sino también para los que menos tienen y no pueden defenderlos debido a su gran estado de vulnerabilidad, pues renegar de los DERECHOS HUMANOS no es otra cosa que renegar de nuestra propia existencia y terminar cediendo nuestra DIGNIDAD y una persona sin DIGNIDAD no es otra cosa que una persona DESHUMANIZADA y ello no es posible y mucho menos aceptable y tolerante en este mundo.