Ayer se dio a conocer que, finalmente, fue elevada a juicio la causa que tiene como imputado al cura Juan de Dios Gutiérrez, acusado de abusar sexualmente de una jovencita de 16 años que asistía a su parroquia en la ciudad de Belén.

Se trata de una medida histórica para Catamarca, ya que es la primera vez que una acusación de este tenor llega a estas instancias teniendo como imputado a un miembro de la Iglesia Católica.

El debate se llevará a cabo en la Cámara Penal Nº3 en una fecha que se fijaría próximamente.

El Esquiú.com dialogó con la madre de la joven denunciante, Alejandra Carrizo, quien se mostró sumamente emocionada con la noticia.

“Nos abrazamos y lloramos (con su hija). Se me pasaba como una película de todo lo que sucedió. Parece que fue ayer cuando hicimos la denuncia y hemos pasado por momentos muy malos desde la denuncia. Ha habido muchas lágrimas con cada apelación, cada vez que retrocedíamos durante este proceso, pero sabemos que se va a hacer justicia porque siempre sostuvimos la verdad  y el que ahora esté la elevación a juicio no sólo es un logro personal y familiar, sino social”, dijo la mujer que, a partir de lo sucedido a su hija se convirtió en miembro activo de la Red de Sobrevivientes de Abuso Sexual Eclesiástico de Argentina, cuyos miembros ya confirmaron su presencia en la provincia cuando se realice el debate.

“Dejar todo”

La mujer recordó que la vida de su familia cambió por completo desde la denuncia. “Tuvimos que dejar todo allá (en Belén). Familia, trabajo, relaciones. Pero tenía que rescatar a mis hijas de ese ambiente. También quiero aclarar que no huimos por ser mentirosas, como muchos nos acusaron, por el contrario. Yo las tenía que preservar de lo que pasaba allá. Nos han insultado y nos han escupido por haber denunciado un delito, una injusticia. Son personas devotas de la Iglesia que no nos creyeron y espero que ahora, habiendo llegado hasta acá, se den cuenta. Por el momento, vamos a comenzar a prepararnos para el juicio, que sabemos que va a ser duro, porque implica revivir todo, pero contamos con mucho apoyo y contención”.

Alejandra expresó: “Empecé esta lucha sola, pero hubo gente que se fue sumando, como la Dra. Silvia Barrientos (la abogada que las representa como querellante) y estuvieron aquellos que se alejaron. En situaciones como esta, uno aprende a conocer quiénes son sus verdaderos amigos”.

“Lo que queremos es que vaya a la cárcel. Que sea juzgado y condenado como un ciudadano común, ya que hasta ahora ha tenido privilegios, porque con la tremenda acusación que hay en su contra, esperó en juicio en libertad y estuvo detenido sólo 48 horas. Pensamos que hay más víctimas, porque este tipo de personas se manejan de esta forma y las propias pericias psiquiátricas así lo señalan. Queremos que no pueda hacer más daño a una niña  o un niño más”, destacó Carrizo.

“Animarse a denunciar”

A su vez, la madre dijo que al interiorizarse sobre este tipo de casos en otros puntos de Argentina como miembro de la Red, supo que, por lo general, las víctimas suelen ser múltiples, por lo que instó a personas que hayan pasado por una situación de abuso en manos de este cura u otro miembro de la Iglesia que “tienen que animarse a denunciar, dejar de lado el dolor y el silencio, porque la justicia es posible”.

“Pasamos por demasiados momentos malos, pero aunque llegamos a sentirnos desesperanzados y hubo que armarse de paciencia, la justicia existe. Haber llegado hasta aquí parecía imposible, pero lo logramos y tomo esto como un alivio, pero ya nos vamos a ir preparando para dar la batalla final, que va a ser el juicio”, finalizó la mujer.

Cabe recordar que el hecho salió a la luz en 2015, luego de que la adolescente fuese internada en un estado de colapso nervioso y su madre descubriera, mediante su computadora, miles de mensajes que el cura le había enviado a su hija, muchos de estos con un alto contenido sexual. La jovencita padecía una fuerte secuela psicológica a causa de los ultrajes (con los que lucha aún en la actualidad) y radicó la denuncia por el aberrante accionar del religioso.