Diez años de cárcel para un ladrón muy violento
Un hombre fue condenado a 10 años de prisión acusado de desfigurar a golpes y de amputarle el dedo de una mano con un cuchillo a una mujer para robarle sus pertenencias en 2016, mientras ella le mostraba un departamento en alquiler, informaron fuentes judiciales.
Los jueces de la Sala IV de la Cámara Penal resolvieron por unanimidad condenar a Mauro Ezequiel Godoy a 10 años de prisión, en una sentencia que tuvo lugar en los tribunales penales de Tucumán.
Godoy llegó a juicio por haber atacado a una mujer (su identidad se mantiene en reserva) para robarle sus pertenecías en un departamento de la calle San Juan 658, de la capital provincial, según la acusación del fiscal de Cámara Carlos Saltor
El fiscal destacó durante su alegato “la violencia y la saña que ejerció el acusado sobre la víctima, que derivó en que tuviera que ser sometida a seis cirugías en su rostro para poder reconstruirlo, debido a los golpes recibidos”.
“Nos obstante, el momento de mayor gravedad se dio cuando este sujeto, que ya se había apoderado de las pertenencias de la mujer, tuvo la cruenta idea de cortarle un dedo con un cuchillo para quedarse con su anillo y huir”, agregó el representante del Ministerio Público al reclamar la condena.
El hecho ocurrió el 14 de enero de 2016, alrededor de las 13.30, cuando la mujer se encontró con Godoy en la puerta de un edificio para mostrarle un departamento de su propiedad que estaba disponible para alquilar.
Cuando la mujer, de entonces 67 años, abrió la puerta, el agresor de aproximadamente 30 la empujó hacia el interior y la atacó golpes para quitarle la cartera.
Luego le cortó el dedo anular de la mano izquierda para robarle un anillo de oro y, antes de escapar, lo arrojó al piso del dormitorio.
Una vez que Godoy se fue del departamento, la mujer logró levantarse y pedir ayuda a una vecina que dio aviso a la policía.
Saltor explicó que “durante la investigación del caso, personal del Equipo Científico de Investigaciones Fiscales realizó cruces de llamadas desde los teléfonos con lo que habían estado comunicándose con la víctima cuando puso la propiedad en alquiler, que permitieron dar con la identidad y el paradero del agresor”.