En Bengala Occidental, India, Chanchal Lahiri (más conocido como el “Mago Mandrake”) se sumergió encadenado en las aguas del río Hooghly. Su intención era liberarse, nadar y ponerse a salvo, al igual que lo hizo en su momento el legendario mago Harry Houdini. 

Su objetivo al imitar este truco era “reavivar el interés en la magia”. Por tanto, Lahiri fue atado con cadenas y cuerdas desde las piernas hasta sus brazos. A lo largo de su cuerpo, llevaba un total de seis candados. 

Previo a colgarse de cabeza y ser sumergido en el río, el mago indio dijo, ante una multitud que lo observaba, lo que serían sus últimas palabras:  “Si soy capaz de hacerlo es magia, si no puedo abrirlo es una tragedia”.

Sin embargo, pasados los diez minutos de que Lahiri no emergiera de la superficie, el público comenzó a asustarse. Como consecuencia, alertaron a la policía, que inició un operativo de búsqueda. 

La prueba fue el domingo, y recién el lunes, pudieron comprobar que el cuerpo hallado a un kilómetro de distancia era el del mago. 

La policía confirmó que el mago, apodado “Mandrake”, murió ahogado. 
Sorprendentemente, esta no era la primera vez que el hombre intentaba un peligroso acto bajo el agua. Veinte años atrás, se había sumergido en el mismo río dentro de una caja de vidrio, pero en esa ocasión sí logró escapar.
La Policía investiga si Lahiri había pedido permiso a las autoridades para realizar el truco.