“¡Seis por un peso los churros!”… no hay catamarqueño que no haya escuchado la tentadora oferta caminando por la peatonal Rivadavia.

Tristemente se conoció hoy la noticia del fallecimiento de Luis Alberto López (77), “El Churrero”, quien desde hace décadas se ganó la vida con su emprendimiento de elaboración de churros y otras exquisiteces que luego comercializaba como vendedor ambulante.

Llegado desde Buenos Aires allá por los años ’70, El Churrero hizo numerosos amigos en Catamarca, y se convirtió en todo un personaje muy querido por la gente. Se recuerda por ejemplo cuando en los ’90 se intentó prohibirle que trabajara en la peatonal, y la reacción de los vecinos fue tan fuerte que debieron autorizarlo.

López era todo un luchador, ya que enviudó de muy joven, pero con mucho esfuerzo logró sacar su familia adelante y formar a sus cuatro hijos como personas de bien.

Era una persona amable y respetuosa, gran conversador, siempre con un puñado de anécdotas listas. Se hizo en la calle, se forjó a sí mismo, y siempre vivió con buen humor y gran sentido de la amistad.

En 2016 recibió un merecido reconocimiento en el Concejo Deliberante de la Capital, por iniciativa del edil Nico Zavaleta, quien lo valoró como un ejemplo de superación.

López tuvo alguna participación en cine durante su juventud, donde llegó a actuar como extra en la famosa película de Carlitos Balá “Canuto Cañete”, donde el cómico representaba a un soldado conscripto, y la película se filmó en el regimiento donde López cumplía el servicio militar obligatorio.

Hincha fanático de Huracán, cumplió uno de sus sueños en 1998, cuando para celebrar los 25 años de la consagración del Globo, armó una gran fiesta en Catamarca y logró que nada menos que el campeón del mundo René Orlando “El Loco” Houseman, llegara a la provincia para unirse al festejo.

Lo fue a recibir él mismo al Aeropuerto, y se emocionó al estar junto al ídolo de la remera 7 y las medias bajas.

Nos dejó el Churrero, amigo de todos. Era un buen tipo, no lo vamos a olvidar.