Opinión

“La tolerancia en tiempos de crisis”

lunes, 6 de abril de 2020 01:02
lunes, 6 de abril de 2020 01:02

A diario suelo escuchar y observar tanto en las interacciones reales (conversaciones entre personas) como las virtuales (redes sociales), críticas, insultos y generalizaciones de toda índole ante determinado proceder o actuar de algún ciudadano o miembro del Estado. 


No es para menos, en tiempos de crisis se suele ver lo mejor y lo peor de las personas. 
Por parte de algunos, aún siguen vigentes los individualismos y los ¡sálvese quien pueda!, mientras que otros potencian sus acciones positivas y solidarias hacia otras personas brindándoles ayuda y con mayor énfasis, hacia los que menos poseen.
Ahora bien, a partir de la masiva propagación mundial del Covid-19 (CORONAVIRUS) y los resultados devastadores que ha generado, hemos podido observar que la humanidad prioriza cuestiones más banales que las realmente importantes y necesarias para salvar el mundo. 


¡Sí, claro! Creo que la mirada a partir del día después de mañana, esto es, cuando la humanidad logre superar esta terrible situación por la que hoy atravesamos, DEBE necesariamente centrase y enfocarse en el desarrollo sostenido de la ciencia con beneficios para la salud de las personas, en el cuidado del medio ambiente y la subsistencia de las especies, en la erradicación de la violencia estructural (la peor de todas y que genera gran cantidad de personas pobres) y, ante todo, en tolerar, comprender y ayudar a los más desprotegidos. 


El autoexaminarnos nos servirá para poder cambiar algunas costumbres o comportamientos que muchas veces suelen ser egoístas y encontrase inconscientemente incorporadas a diario en nuestras acciones. Quizás las más recurrentes suelen ser las críticas destructivas, los insultos y las generalizaciones de que todas las personas que desarrollan un determinado trabajo, función, actividad o pregonan una ideología o religión o pertenecen a un género o identidad de género, etc., se contraponen a mis costumbres, formas de crianza o simplemente a mi forma de vivir la vida, pues ello no debiera ser así ya que la diversidad es parte de la humanidad y a mi modo de ver y pensar existe una sola raza: LA HUMANA. 


Tal vez, las personas debiéramos comenzar a abandonar la predicación del ejemplo en la vida de otras personas y con las ideas de otros y comenzar a aportar las nuestras para ayudar a mejorar al mundo, porque muchas veces las quejas y las críticas provienen de la facilidad y comodidad de un teclado, incluso, con mucha violencia, sin embargo, no suelo (también como ciudadano) preguntarme ¿Qué estoy haciendo o aportando para mejorar al mundo? ¿Respeto la fila en los lugares donde me toca hacerla? ¿Respeto al docente que educa a mis hijos? ¿Soy tolerante ante el niño que se acerca a mi mesa a pedirme una ayuda? ¿Soy paciente con el policía que cumpliendo su función en estos momentos de crisis me solicita la documentación necesaria para poder circular? ¿Soy tolerante con médicos y enfermeros que se encuentran desbordados y trabajando el doble por nuestro bienestar? ¿Cumplo con las leyes y sus mandatos? 


Soy de la opinión de que el Estado somos todos y no solo sus instituciones públicas visibles y lo somos todos porque este es nuestro país, un país de todos y no solo de unos pocos.


Creo que esta grave crisis mundial sin precedentes nos tiene que llevar a ser un mundo mejor y ojalá así sea, un mundo más EMPÁTICO y SOLIDARIO con el prójimo, un mundo con menos violencia y más tolerancia, un mundo sin fronteras y sin guerras, un mundo sin niños abusados y con hambre, un mundo sin mujeres asesinadas, un mundo que respete la dignidad de los más vulnerables, un mundo sin esclavitud, un mundo más IGUALITARIO, HUMANO Y PACÍFICO.   

 Rodrigo Morabito
Juez de Menores
 

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