Los niños de la calle son una realidad constante en el país, pues se encuentran en una situación de vulnerabilidad extrema y nada les garantiza el acceso ni el respeto a sus derechos humanos básicos y fundamentales. Estos niños permanecen casi siempre en ambientes adversos de amenaza constante y sufrirán las secuelas traumáticas de la angustia de su supervivencia durante el día y la noche, sumado a que son muy vulnerables, permeables y propensos a las enfermedades.

 
En este contexto de pandemia mundial a partir de la cual el aislamiento aparece como la única medida posible para prevenir o ralentizar los contagios, los niños que no tienen hogar y viven (o sobreviven) en las calles, se encuentran gravemente expuestos a los efectos del Covid-19, ello sumado a que esta población infantil de alto riesgo, debido a su diario déficit alimentario, puede encontrarse con las defensas de salud muy bajas y con enfermedades respiratorias o de cualquier otra patología de la que no tienen conocimiento y que ante una posible adquisición del virus su vida se encontraría en grave riesgo.

Ante esta difícil situación, el Estado deberá dar atención especial a los niños, niñas y adolescentes que viven en las calles. 
Tales medidas de atención especial deben considerar las condiciones económicas y sociales y, además, considerar que los efectos de la pandemia son diferenciados para cada grupo poblacional de la infancia y que sin duda alguna, los niños que habitan las calles son hoy en día una población de alto riesgo ante los efectos del coronavirus y es allí a donde mayor atención deberán poner los sistemas de protección integral. 

La pandemia de la enfermedad por coronavirus (Covid-19) está teniendo una dimensión sin precedentes para la mayoría de las personas del mundo y, precisamente en todo el mundo, el virus se está llevando la vida y el sustento de muchas personas a medida que se sobrecargan los sistemas de salud, se cierran las fronteras y las familias luchan para mantenerse a flote.

Ante este panorama de grave incertidumbre, los niños de la calle o en situación de calle están en una lucha cotidiana de supervivencia debido a la grave crisis sanitaria sin precedentes que reina por estos tiempos, siendo un deber prioritario e ineludible de los Estados, actuar rápidamente para que estos niños permanezcan sanos y protegidos, pues tal como lo ha señalado recientemente UNICEF, “SI NO SE TOMAN MEDIDAS URGENTES, ESTA CRISIS DE LA SALUD AMENAZA CON CONVERTIRSE EN UNA CRISIS DE LOS DERECHOS DE LOS NIÑOS”.