Por Rodrigo Morabito (*)

Opinión: “Covid-19 e insensatez social”

martes, 7 de julio de 2020 01:22
martes, 7 de julio de 2020 01:22

Finalmente, el virus del Covid-19 o coronavirus como en forma cotidiana se le suele llamar, hizo su aparición en la provincia con una serie de personas infectadas. 


Ahora bien, ese no es el meollo de la cuestión que pretendo abordar en esta opinión semanal, sino más bien una situación o mejor dicho una reacción que adoptan determinadas personas de la comunidad y que resulta muy peligrosa para con el resto de los ciudadanos en general. 


Me refiero a la difusión de datos de las personas que contraen el virus a través de los siempre repudiables escraches virtuales instigando a la violencia y generando mayor temor al resto de la sociedad.


Los escraches a través de las redes sociales sin ninguna consecuencia al respecto para quienes viralizan imágenes de personas sin ningún derecho a hacerlo y solo por el simple hecho de haber contraído alguna persona o personas una enfermedad o virus contagioso (Covid-19), son extremadamente contraproducentes al igual que violentos y se originan con una impunidad sorprendente e injustificable.


En efecto, hoy en día con el uso de internet, no es necesario organizarse para acudir a domicilios, basta con disponer de una red social y un par de minutos para subir una determinada publicación. Y, también en solo unos minutos, aquella publicación acusando o exponiendo a la persona o personas en la red social de alguna conducta en particular (generalmente Facebook o sistema de mensajería instantánea como WhatsApp), puede generar miles de visualizaciones y por supuesto, insultos o exabruptos irreproducibles de toda índole, exposición al escarnio público y hasta instigación a la violencia física. No importa absolutamente nada, solo actuamos sin medir consecuencias y el no medir las consecuencias, genera daños muchas veces irreparables.


Esto fue lo ocurrido y realizado (ni bien enteradas de la existencia de una persona transportista que contrajo la enfermedad) por muchas personas insensatas e irracionales que con absoluta impunidad publicaron desde las imágenes del transportista, con nombre, apellido y DNI, hasta su dirección real con fotografías de su domicilio.


Son varios los delitos que se pueden cometer por medio de los irresponsables escraches virtuales al postear contenidos difamatorios, me refiero al delito de calumnia o injurias, intimidación pública o instigación a cometer delitos (lesiones, daños, etc.) mientras que, a la vez, tales conductas (además de las mencionadas consecuencias punitivas) pueden generar acciones civiles debido al daño moral que les ha provocado a la persona afectada el menoscabo de su dignidad, honor, imagen y privacidad. De manera que una persona que vierte dichos de esta forma en una red social, o está cometiendo un delito o está cometiendo un ilícito civil.


Es de suma importancia que las autoridades ante supuestos como los ocurridos, comiencen a intervenir sancionando tales conductas abrumadoramente repudiables, haciendo que los responsables (o irresponsables) respondan por estos exabruptos insensatos, innecesarios e intolerantes, pues, caso contrario, las consecuencias pueden llegar a ser altamente perjudiciales para la población, ergo el solo hecho de contar con una red social, no implica en absoluto un permiso de actuar con una impunidad arbitraria para dañar al prójimo; al menos no sin consecuencias para quien perjudica y mancilla la dignidad de quien sin quererlo se contagia de un virus absolutamente impredecible.          

*Juez de Responsabilidad Penal Juvenil, profesor de la Cátedra de Derecho Penal II de la Facultad de Derecho de la UNCA y miembro de Asociación Pensamiento Penal.
 

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