(*) Rodrigo Morabito
Siempre me preocupó de sobremanera la falta de tolerancia que existe en las redes sociales hacia otras personas, especialmente cuando la opinión de otros no es coincidente con la propia, la reacción no solo es intolerante sino además sumamente violenta y no tan solo ello sino que existe, en ocasiones, hasta un discurso del odio, sin que las medidas o acciones del Estado sean lo suficiente para contrarrestar y frenar de una vez esta lamentable situación. 

En efecto, existe libertad de expresión y ello es indiscutible hoy en día, pero todo derecho tiene un límite dentro de lo razonable con respecto al ejercicio de esos derechos cuando a través del uso efectivo de ellos pueda dañarse a las demás personas, en otras palabras y dejémoslo muy en claro, la libertad de opinión y de expresión es un derecho, mientras que el discurso de odio que promueve la discriminación es una práctica contraria al principio de no discriminación y, por ende, contraria a los preceptos legales.

¿Por qué no existe tolerancia entre las personas? ¿Qué me hace pensar que mi opinión es única y más válida que la del resto? ¿Por qué en ves del disenso constructivo ante una opinión contraria a la propia muchas veces se elige el ataque a la persona en vez de respuestas fundadas y pacíficas aunque sean diametralmente opuestas? Sin dudas, en las redes sociales como en la vida cotidiana existe muy poca tolerancia; es decir la capacidad de aprender a escuchar y aceptar a las demás personas valorando sus opiniones respecto a diversos temas tanto políticos, religiosos, sexuales, étnicos y culturales.

La sociedad actual es sumamente diversa y no todo lo que abunda en el mundo tiene que coincidir con mi forma y modo de vivir o ver la vida, precisamente, porque el mundo no se agota en nosotros mismos. 

No existen en la actualidad, al menos hasta donde conozco, propuestas para reglamentar o regular situaciones como las planteadas, especialmente, para sancionar a personas que constantemente incitan al odio y la discriminación a través de descalificativos que generan actitudes irrespetuosas ante los demás, brotando así el descontrol en las redes sociales ante hechos particulares que pueden llegar a afectar a muchas personas.

Ahora bien, deseo destacar que en una oportunidad, resultando sumamente útil traerlo como ejemplo, era tal la agresión que existía en Twitter que se lanzó la campaña ¡ALTO A LA INTOLERANCIA EN REDES SOCIALES DIGITALES!, la que tenía como finalidad u objetivo central, acabar con la violencia en las redes, ergo no tengo duda alguna que la violencia digital genera violencia real.

En definitiva, es muy válido e importante que los ciudadanos compartamos y contrastemos ideas, que exista el diálogo y el respeto en las distintas discusiones y punto de vista, como así también, denunciar cualquier transgresión y no caer en provocación. Recordemos que la violencia, solo generará más violencia. Aprendamos a utilizar de la mejor manera posible nuestras redes sociales, respetando nuestras diferencias ideológicas y de opinión con respecto a las demás personas, al final todos somos iguales, solo se trata de una cuestión de educación.

(*) Juez de Responsabilidad Penal Juvenil. Profesor de Derecho Penal II (UNCA). Vocal Titular de la Mesa Nacional de Asociación pensamiento Penal. Miembro de AJUNAF. Miembro de la Red de Jueces de UNICEF.