Un hombre denunció que su familia y hogar su fueron atacados por tres hermanos el pasado sábado a la madrugada en el barrio La Esperanza. Como saldo del violento episodio, su esposa recibió 7 puntos de sutura por una baldosa que le arrojaron en la frente, su hijo terminó convulsionando por un golpe en la nuca y su hija fue azotada con una tabla. Además, le habrían roto el portón y el piso de su galería.

Eduardo Miguel Nieva, quien está a cargo del Merendero Brocherito, ubicado en el barrio La Esperanza sobre calle La Aguada, relató que pasadas las 3.30 de la madrugada del sábado, su hijo de 19 años llegó a su casa de su trabajo como delivery y encontró a unos jóvenes arrojando piedras a su domicilio, por lo que los increpó. “Yo me desperté y salí a ver qué pasaba y me acerqué a este chico Javier Noria para decirle que se tranquilice. Cuando ya habíamos terminado de conversar, doy la vuelta para venir a mi casa y llegan dos muchachos en moto, que eran los hermanos de este chico. Él empezó a agitarse de nuevo y  a insultar, diciendo que lo habíamos patoteado y ahí empezó el problema y empezaron a tirar piedras. Uno agarró una  tabla y le pegó a mi hijo en la nuca. Él se desvaneció y empezó a convulsionar. El chico Javier sacó un destornillador y empezó a tirar puntazos y junto a mis hijos nos vinimos para adentro”.

En la continuidad de su relato, Nieva expresó: “Arrancaron el portón e ingresaron a la galería, donde tengo un piso de mosaico, rompieron el piso y empezaron a tirar las baldosas. Mi señora estaba llamando a la policía -que no la atendía- y le dieron en la frente. Le partieron la cara y le tuvieron que hacer 7 puntos. Además a mi hija le dieron con una tabla en la espalda”, aseguró, indicando que tras el traumático episodio, radicaron la denuncia penal en la Unidad Judicial Nº8.

“Yo lo que quiero es que estos problemas no continúen y que se haga justicia. Este chico Noria  supuestamente tiene un carné de discapacidad, porque el padre trabaja en Salud, pero de discapacitado no tiene nada. Hicimos la denuncia y después fuimos a consultar cómo iba todo y dijeron que no los habían encontrado para detenerlos, porque Noria no vive en el barrio, va allí a visitar a su novia. Gracias a Dios, todos se están recuperando bien, pero no sé qué quiere la Justicia de nosotros, porque no hacen nada, y ¿qué puede pasar la próxima vez? ¿Que nos maten?

”Yo soy de ir siempre por derecha, pero pareciera que no te dejan otra que hacer justicia por mano propia”, lamentó el hombre en diálogo con El Esquiú.com, indicando que decidió dar a conocer públicamente el caso para que la Justicia tome cartas en el asunto y su familia pueda vivir en paz, ya que días posteriores al hecho habían recibido amenazas de muerte por parte de los agresores.