Una familia de apellido Valdéz se acercó  días atrás hasta el cementerio La Merced a visitar el nicho de una persona de sexo masculino fallecida en 1984, quien tenía solo un año al momento de morir. Sin embargo, al llegar al nicho se dieron cuenta de que habían cambiado algunas cosas. Algo que les llamó la atención fue que arriba del nicho se podía leer el nombre de otra persona, por lo cual llamaron inmediatamente a la Municipalidad y a autoridades del cementerio, logrando llevar adelante la apertura del nicho para constatar que ocurría.

Esto sucedió con presencia de personal policial, quienes constataron la situación por lo que llamaron a la fiscalía de turno, a cargo del doctor Horacio Brizuela. Dentro del nicho había un féretro que no era el del bebé fallecido en 1984, sino que sería el de otra menor, quien habría muerto hace poco tiempo.

Además, atrás de dicho féretro encontraron una bolsa que contendría restos óseos, por lo cual convocaron al personal de Criminalística de la Policía de Catamarca junto a una Antropóloga Forense del Laboratorio Satélite que depende del Poder Judicial para que lleven adelante las investigaciones pertinentes.

Sin embargo, luego de realizar un rastrillaje en un baldío que se encuentra en inmediaciones de dicho cementerio se encontró un féretro destruido que sería el del bebé fallecido en 1984. Las sospechas de los denunciantes recaerían sobre familiares cercanos, ya que existiría un lazo con la menor fallecida que se encuentra en el cementerio.

En el caso interviene además la Comisaría de La Merced.