La joven de 20 años que la semana pasada denunció en las redes sociales y mediante El Esquiú.com que era insistentemente acosada por un sujeto que la llama permanentemente y está al tanto de todos sus movimientos, volvió a quejarse de la falta de accionar de la justicia ya que pese a que insistió en denunciar el hecho, no se tomaron medidas y tiene fuertes sospechas de que el sujeto llegó hasta la puerta de su casa.

En diálogo con este diario, la víctima relató que el pasado miércoles acudió nuevamente a la Unidad Judicial N°10 y reiteró la denuncia, atemorizada por los intentos de contacto del hombre. Expresó que en la sede le tomaron la denuncia y le informaron que la causa se encuentra en manos del fiscal Hugo Costilla.

Asimismo, dijo que exhibió ante los sumariantes su teléfono, aunque no se lo solicitaron para hacer pericias o profundizar la investigación.

La víctima explicó que ese mismo día a la noche, el sujeto volvió a comunicarse telefónicamente y a reproducir videos porno, pero lo que más le atemorizó fue que al arribar su madre a su casa, observó a una persona dentro de un automóvil estacionada frente a la casa. Al ver a la mujer, el hombre la habría llamado por el nombre de la jovencita, aparentemente confundiéndola, pero al darse con que se trataba de su madre,  subió la ventanilla y se retiró del lugar a toda velocidad.

Miedo

“Ya estoy cansada de esta situación, hay veces que me quiero dar por vencida. Realmente no hacen nada, lo único que quiero es una solución pronto y poder estar tranquila”, expresó.

Cabe recordar que días pasados este diario publicó el testimonio de la joven, quien hizo público por Facebook que desde octubre de 2020, un sujeto la llama por teléfono desde un número privado para acosarla. Los llamados se producen a toda hora, contó, incluso en la madrugada y lo atemorizante de esto es que el sujeto  sabe en dónde se encuentra y en ocasiones hasta qué ropa lleva puesta.

La joven contó que a causa de este hostigamiento, se vio obligada a dejar un trabajo que tenía en un comercio céntrico, ya que al movilizarse en colectivo, debía caminar varias cuadras en soledad y se sentía demasiado atemorizada para hacerlo.