La joven de 20 años que denunció acosos telefónicos constantes y cuyo caso publicó El Esquiú.com hace días, aseguró que sigue padeciendo hostigamientos por parte del sujeto. 

Ayer, sin embargo, se sumó un nuevo motivo de malestar, ya que, según relató, volvió a la Unidad Judicial N°10 para hacer una denuncia, pero no sólo no se la tomaron, sino que el sumariante que la atendió le sugirió que se cite con el acosador.

“Fui a llevar un video que grabó mi mamá de cuando yo hablaba con el tipo y me decía dónde vivía, para intentar que por fin hagan algo, pero el que me atendió en la judicial, me dijo que me cite con él en algún lugar para saber de quién se trata. Mi mamá le dijo que cómo me decía eso, que si me citaba con él me podían violar o matar”, relató indignada.

De todas formas indicó que, por no contar con la identidad ni la dirección del sujeto, no le recibieron la denuncia penal, pese a que mientras estaba en la sede, recibió un nuevo llamado del acosador.

“La otra vez me habían dicho que iban a pinchar mi celular y lo iba atender una policía para hacerse pasar por mí y citarlo para agarrarlo, y yo dije que sí, que lo hagan, pero me dijeron que me iban a llamar para eso y nunca me llamaron. Hoy (por ayer) volví, porque decidimos con mi mamá atenderlo para ver si lograba que me diga el nombre y quede grabado. Me dijo que se llamaba Claudio y que vive cerca de mi casa. Me dijo dónde está mi casa y que él vive a la vuelta, lo que no es cierto porque conozco a todos los vecinos y no hay ningún Claudio”, explicó.

La joven asegura que siente miedo por toda esta situación, ya que el sujeto le asegura que cada día la ve pasar por su vivienda y le dice cómo está vestida, agregando que su sueño es estar con ella. Para que acceda, el sujeto le ofrece entregarle dinero u objetos caros.

Tal y como publicara este diario a principios de marzo, la chica se siente desprotegida y su miedo llegó a ser tal que renunció a un trabajo que había conseguido en una mueblería, ya que en determinadas oportunidades debía caminar sola hasta la parada del colectivo y tenía miedo de ser atacada por el acosador.

Cabe recordar que, según consta en la denuncia de una causa que está en manos del fiscal Hugo Costilla, el hombre se comunica por teléfono con ella desde un número privado desde octubre del año pasado y pese a las denuncias que radicó, no consigue que el acoso cese. Según contó, el sujeto reproducía películas pornográficas para que ella escuche y el hostigamiento y temor ante esta situación que parece no tener remedio, es permanente.