Ayer a la mañana, ante un gran marco de público que aguardaba en las puertas de la Cámara Penal N°3 que diera comienzo el histórico juicio que por primera vez pondría en el banquillo de los acusados a un cura acusado por abuso sexual en Catamarca, el debate se suspendió.

Las razones de esto responden a la defensa del sacerdote Juan de Dios Gutiérrez, a cargo de Gustavo Martínez Azar, se negó a tomar parte del debate en la sala de audiencias de la cámara, aduciendo que tenía conocimiento que en el lugar había casos positivos de Covid-19 y esa situación ponía en riesgo su salud.

Fuentes judiciales indicaron que el personal judicial le ofreció al letrado seguir las instancias del juicio vía remota, es decir, conectándose por videollamada desde otro lugar, pero el abogado manifestó tener problemas de conectividad y también se negó a esto.

Teniendo en cuenta la situación, el Tribunal decidió declarar “abandono” por parte de la defensa del acusado de “abuso sexual con acceso carnal agravado por ser ministro de un culto religioso” y se le designó un abogado de oficio.
Para que el nuevo letrado tenga oportunidad de ponerse al tanto de los detalles del expediente, el juicio se postergó hasta el 20 de abril próximo.

“Berrinche”

La abogada querellante que representa a la presunta víctima de abuso, Silvia Barrientos, manifestó que “este tipo de berrinches de Martínez Azar no son propios de del profesionalismo que uno esperaría de un letrado. Esto no es más que otra maniobra dilatoria”, lamentó.

A la salida de Tribunales, el acusado brindó declaraciones a la prensa, explicando que para él Martínez Azar y su hijo siguen representándolo, pero luego de lo ocurrido ayer, habría, incluso, una sanción por parte del Colegio de Abogados por el accionar del abogado defensor.

A todo esto, representantes de distintas organizaciones feministas y la asamblea Ni Una Menos se apostaron desde horas tempranas frente a la casa de justicia para seguir las instancias del debate, que finalmente se postergó.
Cuando el imputado se retiraba en un automóvil particular, se pudieron escuchar gritos que lo señalaban como “¡violador!”, entre otros epítetos.

Cabe recordar que ya pasaron  6 años desde que la denuncia salió a la luz y la causa ha pasado por numerosas instancias judiciales hasta que finalmente se fijó la fecha.