Ayer a la mañana, nuevamente se suspendió el debate por abuso sexual contra el cura Juan de Dios Gutiérrez, en esta ocasión, por un cambio en su defensa.

El imputado por abuso sexual declinó la asignación de un defensor oficial y designó a un abogado particular, con lo que el Tribunal de la Cámara Penal N°3, concedió tres días para que el letrado estudie los pormenores de la causa.

El letrado, Orlando Del Señor Barrientos, asumirá el rol de la defensa técnica del imputado cuando finalmente se dé apertura al debate, que se realizará el viernes que viene, precisaron fuentes judiciales.

Dilación y retraso

El juicio contra el religioso, que es el primero de la provincia de este tipo y por lo tanto considerado histórico, debía comenzar el miércoles de la semana pasada pero se suspendió porque el exabogado de Gutiérrez se negó a ingresar al edificio de la Cámara Penal N°3 -adujo que allí se habían detectado casos de Covid-19 y él es persona de riesgo- y presuntamente después no se habría conectado a la conferencia de manera remota, como estaba previsto.

El Tribunal consideró así que el letrado hizo abandono de la defensa, por lo que, automáticamente, designó al defensor provisto por el Estado.

A su vez, Gutiérrez y Martínez Azar denunciaron por “abuso de autoridad” a los jueces que tomaron estas medidas y el letrado manifestó que se vio imposibilitado para sumarse a la videoconferencia, pero que no había hecho abandono de su defendido.
Las fuentes precisaron que en las últimas horas del lunes, el imputado presentó a su nuevo representante legal, con lo que ayer a las 8 de la mañana se dispuso nuevamente la suspensión por tres días más.

Causa

La denuncia contra el religioso fue radicada en la ciudad de Belén en octubre de 2015 por parte de la madre de una adolescente, quien expuso al sacerdote, por esos momentos al frente de un grupo juvenil parroquial al que la menor de edad pertenecía, por abusar sexualmente de su hija.

Presuntamente, el hombre habría ejercido manipulaciones y extorsiones emocionales en la niña, para someterla a sus bajos instintos, lo que le generó graves secuelas psicológicas.