En la jornada de hoy, el tribunal de la Cámara Penal N° 3 encontró culpable al ex cura Juan de Dios Gutiérrez por violar reiteradas veces a una menor de edad mientras estaba a cargo de grupos parroquiales en Belén.

El tribunal lo condenó a purgar 12 años de prisión, los cuales se harán efectivos a partir de que la sentencia quede firme. Mientras tanto, tiene prohibido irse de la provincia sin autorización, debe firmar planilla todas las semanas y no puede acercarse a la víctima ni a sus familiares.

Un día antes del veredicto, trascendió que Ricardo Javier Ocampo, el llamado Maestro Amor, obtuvo el beneficio de salidas laborales. Las mismas serán cumplidas en el seno de su comunidad, en una imprenta que edita libros de autoayuda.

El riojano fue sentenciado en 2014 a 14 años de prisión, de los cuales ya cumplió la mitad en el servicio penitenciario de Miraflores. Ocampo abusó sexualmente de dos jovencitos menores de edad, la Justicia logró comprobar seis hechos de abuso sexual contra estas víctimas.

El nexo

Ambas sentencias representan para la justicia local hechos históricos.

El “gurú” Ocampo, autodenominado como facilitador espiritual, lideraba (lidera) una comunidad con un importante número de devotos, quienes seguían sus pasos, sus enseñanzas, sus prédicas. Muchos de ellos consideran que es un elegido, la reencarnación de una deidad que los guiará hacia una vida llena de espiritualidad y respuestas a sus preguntas existenciales.

Desde ese lugar de relevancia para su comunidad, el Maestro Amor cometió los actos delictivos que aún paga con su libertad.

Fue la primera vez que en Catamarca alguien fue condenado por abuso sexual con el agravante de ser ministro de culto. Pese a que su comunidad no profese una religión única, sino que la convivencia se rige en una mezcla de filosofías orientales, se comprobó la influencia y la relación vertical que Ocampo mantiene con sus fieles.

En el caso de Juan de Dios Gutiérrez, por primera vez un miembro oficial de la Iglesia Católica es sometido a juicio y castigo. El religioso estaba al frente de una parroquia y de las actividades que llevaban adelante los jóvenes que asistían a la misma. Así fue que conoció a la que sería su víctima y terminó por ultrajarla sexualmente, situación que mantuvieron en secreto hasta que ella estalló.

Que Gutiérrez también haya sido condenado por ser ministro de un culto, representa un precedente importante teniendo en cuenta que aún se investigan otros dos casos de abusos sexuales que tienen como acusados a sacerdotes: Moisés Pachado y Renato Rasjido.

Los abusos sexuales que pondrán en el banquillo de los acusados a los “hombres de Dios” fueron cometidos contra menores de 9, 13 y 15 años. Fue precisamente su condición de autoridades religiosas las que permitieron que accedan a las víctimas, que los hechos se cometan y se extiendan en el tiempo bajo silencio y miedo.

La puerta que la Justicia abrió con Ocampo en 2014 y por la que actualmente hicieron ingresar a Gutiérrez hoy, podría ser la que crucen el día de mañana Pachado y Rasjido, para tranquilidad de las víctimas que al día de hoy, no pueden rehacer sus vidas.