En horas de la tarde de ayer, en la continuidad del juicio que se lleva a cabo por el homicidio del docente Héctor Calderón (59) en la ciudad de Belén, ayer se escucharon los alegatos de las partes y el fiscal del fuero de Responsabilidad Penal Juvenil, Guillermo Narváez, solicitó la pena máxima para el principal imputado: prisión perpetua.

Ante los jueces Rodrigo Morabito, Mauricio Navarro Foressi y Luis Guillamondegui, el representante del Ministerio Público consideró que quedó plenamente acreditada la autoría del hecho por parte de Gabriel “Gabocha” Carrizo. A su vez, el fiscal solicitó para la adolescente que era novia de Carrizo, 5 años de prisión, por considerarla “partícipe secundaria” y para el tercer imputado, Joaquín Escalante, pidió una pena de 3 años y 6 meses por “encubrimiento”.

En representación de la familia del docente asesinado, el abogado Walter Falcone adhirió a la solicitud del fiscal.

Posteriormente, presentaron sus alegatos los defensores de los imputados, lo que extendió la audiencia hasta pasadas las 23 horas.

A su turno, Roberto Mazzucco, abogado defensor de Carrizo y la joven también expuso sus conclusiones finales y  Pablo Vera Aráoz, quien ejerce la defensa de Escalante junto a Silvia Barrientos,  hizo lo propio.

Cabe mencionar que en la mañana de ayer, Escalante pidió hablar y dijo haber sido violentado por la Policía para declarar en la instrucción de la causa, aduciendo que metieron su cabeza en una bolsa plástica y lo golpearon, pero que el celular que rompió no fue por haber recibido un mensaje de “Gabocha” confesando el hecho.

Brutal homicidio

Cabe recordar que el 16 de enero de 2019,  el docente fue asesinado en su domicilio, ubicado en pleno centro de la ciudad de Belén.

Le propinaron fuertes golpes que acabaron con su vida en lo que habría sido un crimen de odio, ya que el propio Carrizo confesó que le molestaron “actitudes” del docente, que era homosexual y había pensado en un primer momento sólo en robarle dinero y no asesinarlo.

Posteriormente, justo a su novia, una adolescente en esos momentos, usaron el dinero para comprarse prendas de vestir de marca y peluches, entre otros objetos.