Fuentes judiciales dieron a conocer ayer que quedó firme la sentencia impuesta a Jonathan Sánchez Pedraza, quien fuese condenado por el delito de grooming en agosto de 2020. En consecuencia, el sujeto será trasladado al Servicio Penitenciario de Miraflores por 3 años y 7 meses.

Cabe recordar que el juez Correccional N° 2, Diego Chaile Costilla condenó a Sánchez Pedraza  tras ser encontrarlo culpable de grooming, en lo que fue el primer caso ocurrido en la provincia con esta figura penal.

Es necesario recordar que el sujeto  utilizaba una cuenta falsa de Facebook, en la que usaba un nombre ficticio y a través de esta, buscaba a menores de edad con las que iniciaba chats.

Aberrante

En la causa por la que fue denunciado y luego condenado, se determinó que el hombre había entablado una charla con una niña de tan solo 9 años, a quien le preguntaba detalles íntimos sobre su vida y le pedía que le mande fotografías.
La pequeña relató lo que ocurría a sus padres, lo que generó gran preocupación y alarma y, a partir de la denuncia penal que radicaron los progenitores, la Policía se hizo pasar por la menor de edad para así poder descubrir la verdadera identidad del depredador virtual y darle captura. 

Pese a que en los chats en todo momento se le aclaraba al sujeto que se trataba de una niña de corta edad, éste proseguía con sus avances, llegándole a solicitar fotografías de su cuerpo desnudo.

Este juicio fue el segundo que se llevó a cabo en la provincia por este tipo de delito, siendo el primero en efectuarse el de Marcelo Zamorano, quien fuera oportunamente condenado a 3 años de prisión efectiva.

Los hechos por los que Sánchez Pedraza fue denunciado ocurrieron en 2014, pero aunque la causa se elevó a juicio dentro de los tiempos normales de la Justicia, éste logró dilatar el inicio del proceso judicial en su contra en cinco oportunidades.

Grooming

Cabe destacar que el grooming o ciberacoso sexual, es la acción deliberada de un adulto o adolescente, varón o mujer, de acosar sexualmente a una niña, niño o adolescente a través de un medio digital que permita la interacción entre dos o más personas, como por ejemplo redes sociales, correo electrónico, mensajes de texto, sitios de chat o juegos en línea, etc.
Habitualmente, el depredador trata de forzar un encuentro con la víctima, a la que confunde o extorsiona para que acuda, lo que a veces logra amenazando con exhibir material íntimo (fotográfico o en video) que previamente le instó a compartir con él.