Sobre un caso de violencia policial
Mi nieto Luca Manzi Seco, de 19 años, el viernes a la madrugada estaba reunido en el domicilio de un amigo con otras tres personas.
A las 6.00, aproximadamente, la policía se hace presente. Salen a atenderlos el dueño de casa y Luca. La policía labra un acta, ya que “había una reunión y la música estaba alta”. Cuando le piden que firmen, mi nieto saca una foto al acta. Uno de los policías le aplica “una llave” y lo tira en la caja de la camioneta. Sube, lo reduce con la rodilla en la cabeza y le advierte que solo mire al piso. Lo trasladan a la seccional primera y durante el trayecto le pega en forma permanente. Al llegar a la comisaría, lo bajan y tomándolo por el cuello, lo llevan casi arrastrando al interior.
Le quitan el celular y en una oficina pequeña, el agente que le había pegado le sigue pegando frente a varios policías. Mientras lo castigaban, le dicen que no piense que porque su padre es abogado y su abuelo esté en política le iban a dejar de pegar, entre otras amenazas y violencias verbales.
En un momento alguno de ellos dice que ya termine y lo llevan a un calabozo manteniéndolo incomunicado.
Por nuestra parte, enterados por uno de los amigos, nos comunicamos con el fiscal de turno, el que ordenó que se lo traslade a Sanidad Policial. En el traslado, alguien que iba en mismo móvil le advierte que no cuente que le pegaron, porque iba a ser peor, y que volverían a pegarle al volver a la comisaría.
En sanidad policial, el médico le pregunta si le habían pegado y él contestó que no.
Luego fue liberado. Cuando llegó a casa contó la verdad y mostró las marcas de los golpes. Personalmente lo llevé a Sanidad Policial, donde el médico lo revisó y enmendó su informe.
Desmentimos rotundamente el parte policial. Luca no es una persona violenta y está el testimonio del dueño de casa, que asegura que no reaccionó con violencia.
Pedimos justicia frente a la violencia injustificada de la policía y los acusamos no solo por los castigos físicos, sino también por haberlo detenido e incomunicado de manera ilegal.
Soy consciente, plenamente, de que este tipo de prácticas son frecuentes, que mucha gente vulnerada no puede reaccionar, por miedo o por falta de recursos. Es una violación a los derechos humanos, que está naturalizada en amplias franjas de las instituciones, que tienen que velar por la seguridad y la justicia.
Espero que el Jefe de Policía no actúe corporativamente, no es solo un policía el que perpetró un grave ilícito, es todo un turno de la comisaría Primera, que fue en forma activa o pasiva cómplices.
El como cabeza de la institución, debe garantizar que la verdad se conozca y no haya encubrimiento.
Rubén Manzi
DNI 11.263.400.