Es la mujer que fue exonerada por el homicidio de su expareja

La liberaron por defenderse y la sobrina de su ex le partió una botella en la cara

La mujer estaba acusada de matar a su ex, pero fue liberada porque se comprobó que se defendió del hombre.
miércoles, 19 de enero de 2022 00:39
miércoles, 19 de enero de 2022 00:39

Paola Vega fue liberada a fines de noviembre pasado luego de que la Justicia determinara que actuó en su defensa al acuchillar a su ex, Walter Roldán, en febrero de 2020. La mujer estuvo un año y nueve meses privada de su libertad, pero según aseguró en diálogo con El Esquiú.com, ha sufrido distintos ataques por parte de los familiares del fallecido, y en el último le partieron una botella en la cara.

Con respecto al hecho puntual, relató que una sobrina de Roldán se aproximó a ella mientras hacía cola en un local céntrico. “No la reconocí, vi que se me acercaba pero estaba mirando el celular, cuando de repente la chica me golpea con una botella de Coca de vidrio en la cara y quedé ciega. Sentí el estruendo de la botella en el piso y ahí empezó a pegarme. Yo me la sacaba de encima como podía, mientras mi hija lloraba y la gente alrededor no entendía nada. Casi perdí el ojo”, relató con respecto al hecho, cuya denuncia radicó luego en la Unidad Judicial N°1 en la mañana del sábado pasado.

“Desde que quedé en libertad estoy intentando retomar mi vida, pero esta gente me lo hace imposible, son constantes los ataques y acosos que recibo, no puedo caminar por la calle porque recibo gritos e insultos”, explicó Paola, indicando que prácticamente se aisló en su vivienda para evitar el contacto con estas personas, pero tiene que salir a trabajar.
“Yo soy una persona de escasos recursos, pero antes de todo esto estudiaba y trabajaba. Hace poco abrí un negocio, pero tuve que cerrarlo por las amenazas de que ‘me iban a reventar’ el local”.

A su vez, contó que tuvo que cerrar sus perfiles en redes sociales y cambiar de número porque eran permanentes las agresiones  que recibía mediante mensajes, audios y llamadas.

“Esto llegó al punto de que su hija (la de Roldán) me amenazó, asegurándome que iba a matar a mi hijo para que yo sienta el dolor que ella sintió”.

Violencia de género

La determinación de la Justicia de liberar a Paola surgió mediante las pruebas presentadas por su abogada querellante, Silvia Barrientos, que con la presentación de testimonios, las denuncias radicadas por ella oportunamente  y pericias, constató que sufría de un caso de violencia de género extrema. “Mientras estuve con él, sobre todo en los últimos seis meses de relación, pensé que me iba a matar. Me celaba por todo, de a poco dejé de hacer mis actividades porque no me lo permitía, tenía que esconder la ropa que usaba porque querría que me vistiera como un hombre para que nadie me mirara”, relató entristecida.
“Lo peor de todo es que una de las que me amenaza es su hermana, quien fue a verme al hospital una de las veces que él me dio una paliza”, contó, indicando que al término de la relación, los ataques y maltratos de Roldán no cesaron sino que empeoraron. “Yo entiendo y respeto el dolor que tienen por su pérdida, pero en ese momento no me quedó otra que defenderme”, dijo en relación con el fatídico día de los hechos.

La causa por la última agresión se encuentra en manos del fiscal en feria, Hugo Costilla, y la mujer pidió encarecidamente protección. “Necesito que no me abandonen de nuevo, yo estuve en la cárcel un año y nueve meses y eso fue una pesadilla, pero sobreviví; pero estoy viendo que ahora va a ocurrir una desgracia y nadie hace nada. Yo hago las denuncias, les ponen una restricción pero a ellos no les importa”, dijo sobre los familiares de su ex.
“Son personas a las que no les importa nada”, recalcó.

Desenlace fatal

A su vez, la joven relató que el día de los hechos que a la larga desembocaron en la muerte de Roldán, su ex le había quitado su motocicleta y por eso fue con él hasta su domicilio para recuperarla. “Iba a salir con unas amigas y apareció insultándome y obligándome a que me pusiera otra ropa (de hombre) y cuando volví y fui a buscar la moto, fue allí que me dio una golpiza. Realmente creí que me iba a morir, me estranguló. Yo me defendí como pude y salí corriendo al grupo GIR, que queda a un par de casas de su vivienda a pedir auxilio. Ellos sabían de la violencia que yo sufría y me recomendaron varias veces que me vaya y denuncie, pero cuando estaba allí, llegaba él y se desplomaba”.
La mujer, como parte de su defensa, tomó un cuchillo y en el forcejeo con el hombre terminó asestándole una puñalada. Roldán falleció a los pocos meses por un virus hospitalario en el Hospital San Juan Bautista.
“Yo tengo una nena de 13 y un nene de 8 años y necesito protección para ellos y para mis padres. Lo único que quiero es que esto se acabe y poder seguir adelante con mi vida. Las hermanas de él saben cómo me trataba e incluso una de ellas me aconsejaba que lo dejara, que no iba a cambiar”, aseguró, añadiendo que con todas las denuncias que efectuó cuando Roldán estaba con vida “no me escucharon, pero para castigarme fueron muy veloces y estuve casi dos años en la cárcel”.

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