El fallecimiento del ministro de Desarrollo Social, Juan Carlos Rojas, quedó cubierto en las últimas horas por un manto de dudas, y si bien las autoridades trabajan en un marco de total hermetismo, de momento no existe real certeza de que la muerte se haya producido por causas naturales.

En pleno duelo por la partida del sindicalista gastronómico, la posibilidad de que haya sufrido una agresión y que el deceso sea producto de un ataque violento es una de las hipótesis que se manejan.

Con la delicadeza que exige el caso, el Esquiú.com pudo averiguar que las dudas surgen por una herida que presentaría el cuerpo de “Rojitas”, aparentemente en la zona parietal del cráneo, y los forenses procuran establecer si la lesión, que habría generado una importante hemorragia, fue producto de una caída por desvanecimiento, al impactar contra el piso por el propio peso del cuerpo; o si otra persona le asestó un golpe con algún objeto contundente.

Para dilucidar el tema resulta esencial precisar el horario en que murió el exlegislador, y cuánto tiempo transcurrió entre el golpe padecido –haya sido accidental o intencional- y su deceso. Para ello los peritos se basan en el estado del cuerpo y el proceso de coagulación de la sangre perdida, entre otros detalles.

La versión más recurrente hasta aquí fue que Rojas mantenía una conversación telefónica abruptamente interrumpida, y ése sería el último registro que se tiene de vitalidad. Por ello es que los investigadores habrían solicitado –a instancias del fiscal- los teléfonos de las personas cercanas para peritarlos, además de avanzar con una inspección minuciosa del lugar donde fue hallado el cuerpo.
Toda conclusión es prematura, y en este momento se debe aguardar que los especialistas trabajen y den a conocer los resultados de los diferentes exámenes.

La prudencia debe imperar, pero lo cierto es que un manto de sospecha alteró el duelo y abrió numerosos interrogantes en torno a la muerte de Rojas. Con el transcurrir de las horas se sabrá si la muerte por causas naturales es confirmada o si el trágico hecho sufre un giro inesperado.